José María Fresneda / Secretario General de ASAJA de Castilla-La Mancha
Hace solo unos días cortábamos carreteras y paralizábamos ciudades por la crisis de rentabilidad que arrastra el sector agrario español. Situación provocada, en gran medida, por estar sometido a unas políticas y un sistema que recorta constantemente los ingresos de esas familias.
Hoy, agricultores y ganaderos, olvidan los ataques sufridos durante mucho tiempo y se levantan para ayudar a un país que los necesita. Porque, en plena alerta sanitaria, se ha demostrado cuáles son las verdaderas prioridades de los ciudadanos: salud y alimentos.
Vivimos unos momentos excepcionales que bien merecen una reflexión y, sobre todo, que deben marcar un antes y un después sobre el valor y el verdadero significado del sector agroganadero. Y, por supuesto, nuestros políticos tendrán que replantearse su discurso.
Durante estas últimas décadas hemos asistido, desde el ámbito agrario, a una errática evolución de las políticas agrarias de la Unión Europea, no solo de puertas para adentro, sino también de puertas para afuera.
Hemos forzado cambios en nuestro sector agrario encaminados a conseguir una agricultura y ganadería que garantizase un hábitat seguro para avutardas, buitres, sisones, lobos, insectos…, en detrimento de la productividad y el rendimiento en nuestras explotaciones.
Era un discurso que gustaba en las altas esferas políticas y representantes de la sociedad que crearon el ambiente perfecto para la proliferación de asociaciones, ideólogos y vehementes defensores del medio ambiente, sin conocerlo. En definitiva, crearon la imagen de que nuestros ganaderos y agricultores habían sido cómplices necesarios del deterioro ambiental de la Unión Europea.
Nos hemos paseado por el mundo siendo los más verdes del planeta, ofreciendo al resto de potencias o bloques económicos mundiales nuestra gran capacidad de sacrificar nuestro tejido productivo agrario. No nos importaba que esos tratados permitiesen la entrada de productos y alimentos sin las garantías que les exigíamos a los nuestros, pero, ¿qué importaba eso? Lo importante era ser muy verde.
El sector agrario sufre demasiados ataques injustificados. Hace días que, en la difícil situación que estamos atravesando, no vemos respuesta ni opinión de conservacionistas, ecologistas o animalistas en las redes sociales. Cualquier persona en su sano juicio no puede pensar que nuestro modelo productivo agrícola es sustituible. Es imposible garantizar la alimentación de nuestros pequeños y mayores si un modelo agrícola productivo y eficiente.
Nuestra cadena alimentaria ha funcionado y sabemos que no es perfecta. Las aglomeraciones en los supermercados no eran para comprar hamburguesas vegetales.
En este país está muy de moda crear plataformas para intentar arruinarle la vida a los que hoy tienen que darles de comer. Todos los modelos pueden ser buenos, pero uno, el productivo, el eficaz y eficiente, es imprescindible.
El agua es necesaria para producir legumbres, hortalizas, verduras… la ganadería intensiva es necesaria para producir carne, leche, huevos…, hoy todas nuestras explotaciones son necesarias. Todos tenemos que hacer nuestro trabajo.
En estos días conocemos datos de disminución de contaminación en las grandes ciudades. El sector agrario no puede seguir regalando gratis su cupo de CO2.
Si el estado de alarma sanitaria ha reducido los niveles de CO2 en más de un 40 por ciento sin que agricultura y ganadería hayan parado su actividad, aquellos que durante la cumbre del Clima de Madrid descargaban gran responsabilidad en el sector agroganadero como uno de los principales causantes en la emisión de CO2 deberían hoy pedir perdón, ellos y sus voceros.
Hace días, semanas, nos movilizábamos para transmitirle a nuestra sociedad y a nuestros gobernantes que nuestro sector agrario se muere poco a poco.
Hoy, la sociedad se muere y nuestros agricultores y ganaderos se levantan para ayudar a un país que los necesita, los reconoce y los valora.
Llegan tiempos de recapacitar y pensar en lo que hemos hecho. Nuestros representantes políticos tienen que replantearse mucho su discurso, el sector agrario ha pasado de ser estratégico a ser vital. Por eso, la Política Agraria Común ha de reorientarse, la agricultura tiene que dejar de ser rehén en las negociaciones con terceros. Tenemos que aprender a diferenciar entre lo vital, importante y lo urgente. Cuando no hemos hecho bien nuestro trabajo, lo vital y lo importante se convierte en lo urgente.
La conservación del medio ambiente y el uso eficiente de los recursos es sin duda necesario, pero hay momentos en los que nuestros dirigentes políticos tendrán que elegir.
Hasta ahora, percibimos que han elegido a los buitres, lobos, avutardas… Pero nuestro sector agrario necesita también protección frente a una parte de la sociedad que lo desconoce, necesita infraestructuras, planes de futuro y recursos a largo plazo.
Son momentos difíciles, pero quiero lanzar un mensaje de esperanza. Todo esto pasará y entre todos saldremos adelante.
Durante las movilizaciones la sociedad nos hizo un guiño. Hoy, agricultores y ganaderos están a la altura. Otros no.
Una suerte contar con profesionales y maquinaria que no sólo sujeten con su trabajo al país en estos momentos si no que désinfecten las vías públicas.
Pero ASAJA desde luego no defrauda. Superioridad moral y falsos dilemas.
O rentas dignas para agricultures y ganaderos o salario digno para los jornaleros.
O producción de alimentos en cantidad y calidad o conservación del medio ambiente.
Los agricultores y ganaderos lo hacemos bien, no como otros.
Para vestir tantas canas habla este señor como si tuviera menos de 20 años. Reduciendo al absurdo los argumentos que de vemos valorar en profundidad, porque el reto de las rentas agrarias y el desafío climático van a seguir ahí cuando esto acabe.
Mis padres son agricultores, y leyendo lo de la contaminación entiendo que todavia se genera un 50 y tanto % de contaminación, si ya no circulan coches y muchas grandes fábricas han cerrado ( otras no), me da que pensar que si la ganadería, transportes, agricultura, y algunas fábricas no han parado, algo tendrán que repartirse ese 50 y tantos % de contaminación, ¿No?. Y no soy ecologista, soy un lector que piensa lo que lee, a ver si ahora los que contaminamos somos los que estamos encerrados por poner el brasero de picón, y os tenemos que dar al sector primario otra subvención (que los habrá que cobren poco y mucho como todo en la vida del señor y al final en vez de invertir en profesionalizar el sector me compro el mejor coche que pueda y la mejor casa, haciendo la engañifa de joven agricultor y otras) Si se ponen todas las cartas sobre la mesa es más fácil jugar para todos, pero escondiendo no se llega a ningún lado, pensando en la colectividad del sector.
Tu como consumidor eres de ese 50%de contaminantes k dices, pork si se sopesa el beneficio agricola y ganadero, y para kien se produce, se podría decir k los agricultores y ganaderos ponen 3 platos diarios en la mesa por muy poco beneficio, y el consumidor se aprovecha y contamina. D paso kitamos la pac y k nos paguen precios justos aunque tengan k pagar los co consumidores el doble, k total, no sigue siendo mucho dinero… y así nos dejamos de la engañifa d la pac para tirar precios. Así terminamos por dejar de considerar la alimentacion como un derecho y, dejar k un agricultor o ganadero pueda ganar dinero sin ser abrasado por la administraccion a impuestos o este mal visto por la sociedad, ya k el agricultor y ganadero suele serlo por vocación (comer no es ningún derecho, menos si no t lo ganas)
Hoy la sociedad tiene claro que los agricultores son imprescindibles.Que es necesario hoy? frutas, verduras, legumbres,carne, leche, huevos… o lobos buitres, avutardas, ciervos…?
Ahora que se enteren los políticos, de que es vital y que es lo accesorio.
Valor a quien lo tiene y el sector Primario, por algo así se le llama.
Se trata de buscar en equilibro entre animales salvajes y agricultores
Entre ser explotados o recibir lo que es justo por los productos que cultivan.
Vivir en armonia de nuestra tierra y dignamente tanto seres humanos como animales y conseguir que el agricultor pueda vivir sin que nadie se aproveche de su trabajo pero sin maltratar los ecosistemas en busca de la sostenibilidad
Es una pena eh increíble, en casi todo el mundo no se valora el trabajo del proletariado, este lucha todos los días para hacer posible que el pan sobre la mesa no falte y todavía no tengamos el apoyo de nuestros gobernantes, debo agregar con certeza podremos necesitar de ,maestros,as,doctores,abogados de forma temporal, pero del agricultor se necesita todos los días,saludos de costa Rica hermanos Dios les bendiga grandemente
Desde luego,después del marrón que nos ha caído,a ver si de una vez nos valoran como debe ser