Numerosos agricultores han sacado este jueves sus tractores a la calle en Cervera (Lleida) para reclamar a la Generalitat ayudas para el sector de herbáceos que ha sufrido graves pérdidas por la sequía, las heladas y los golpes de calor, que Unió de Pagesos (UP) cifra en 180 millones de euros al haber unas pérdidas de 700 euros por hectárea.

Los agricultores han propuesto al Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural una ayuda directa para compensar las pérdidas no cubiertas por el seguro agrario, medida que ya se ha concedido a otros sectores, como el de la fruta dulce y la almendra por las pérdidas del año pasado.

LAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS HAN SIDO DE ALREDEDOR DE 700 EUROS POR HECTÁREA Y SI NO TIENEN BENEFICIO TENDRÁN QUE DEJAR DE CULTIVAR

Antes de la tractorada, los agricultores cerealistas han participado en una asamblea para debatir la situación.

Unió de Pagesos de la Segarra, que representa a los cerealistas de varias comarcas, alerta de que las pérdidas económicas han sido de alrededor de 700 euros por hectárea en estas comarcas, lo que pone en peligro la viabilidad económica de los profesionales agrarios que se dedican a estos cultivos.

Si no pueden hacer frente a los gastos de la actual campaña, tendrán que dejar de cultivar, lo que afectará gravemente al sistema económico y ambiental de gran parte de estas comarcas, denuncia el sindicato agrario.

En una reunión del consejo comarcal de Unió de Pagesos en la Segarra el pasado 27 de marzo acordaron convocar movilizaciones contra la que ha tenido lugar este jueves ante lo que consideran «inacción» del Departamento de Acción Rural, Alimentación y Agenda Rural al no responder de manera positiva y urgente a la demanda del sector cerealista.

Cabe recordar que la crisis de este sector es cada vez más general en toda España. De hecho, UPA-UCE Extremadura denunciaba hace unos días las “pérdidas imposibles de recuperar” para los productores de cereales de invierno en la región, provocadas por una campaña lastrada por la climatología, la subida de los costes de producción y unas indemnizaciones “irrisorias” de los seguros agrarios para estos cultivos.