Los agricultores extremeños estudian la posibilidad de implantar nuevos cultivos de forma masiva en la región que sustituyan la producción de maíz debido a su «escasa» rentabilidad y las pérdidas que ha generado en las últimas campañas. Una situación que se ve agravada por la posible ampliación del cupo de maíz ucraniano por parte de la UE a precios más bajos que el nacional.
Se trata de una de las principales inquietudes que el campo extremeño está trasmitiendo este jueves 19 a expertos del país en las XII Jornadas Técnicas que celebra en Don Benito la Agrupación de Cooperativas Agrarias de Extremadura (Acopaex) para analizar cuestiones como la biotecnología, el riego y las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura.
Es una cita que anualmente se celebra para conocer de primera mano los avances tecnológicos aplicables al campo y las perspectivas de futuro de los distintos cultivos extremeños y las posibles alternativas de nuevos cultivos.
El sector ya trabaja con cultivos como el del almendro y el brócoli aunque, junto a las plantaciones de tomate
Entre las principales preocupaciones que los agricultores trasmiten en estas jornadas es el de acabar con la incertidumbre en la que viven con ciertos cultivos como es el maíz, un producto por excelencia de las Vegas Altas del Guadiana pero que, según el presidente de Acopaex, Domingo Fernández, «no acaba de ser rentable».
Ante esto, el sector ya trabaja con cultivos como el del almendro y el brócoli aunque, junto a las plantaciones de tomate, «no alcanzan» las hectáreas de producción del cereal que durante los últimos tres años ha sufrido un «importante» descenso de beneficios.
Durante esta cita los asistentes toman nota, además, de la aplicación de las nuevas tecnologías en la agricultura y aprovechan para mantener una ronda de contactos con las empresas y los laboratorios proveedores.
De este modo pueden conocer los nuevos sistemas de riegos, así como el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas al campo con el objetivo de ahorrar agua o mejorar en la recogida de residuos, además de conocer nuevos abonos y nuevas variedades de cultivos, entre ellas de maíz para, «al menos», poder sostener la producción.