Una sesentena de organizaciones ambientales y de agricultores exigieron este sábado en Berlín una agricultura más sostenible, con precios justos para los productores, ayudas estatales para cumplir los requisitos de bienestar animal y de lucha contra el cambio climático, bajo el lema «Estamos hartos», con ocasión de la apertura al público de la Semana Verde Internacional en Berlín, una de las ferias más importantes del ramo.
«Exigimos desde hace muchos años una transición agraria y alimentaria para que la agricultura en Alemania tenga un futuro», dijo la portavoz de la alianza de esas organizaciones, Inka Lange, dirigiéndose al ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, que participaba en la Semana Verde y salió a recibir las reivindicaciones del colectivo.
«Hay un déficit de implementación», reprochó la portavoz al ministro, al que acusó de haber dejado sin cumplir buena parte de las medidas del contrato de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.
Cientos de agricultores y activistas acudieron acompañados de una cincuentena de tractores ante el recinto que, a la par que a la Semana Verde, acoge también una conferencia de ministros de Agricultura de más de 70 países, en la que participan también representantes de organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial.
Según un comunicado, los manifestantes exigen precios justos para los productores, ayudas estatales para que las explotaciones puedan cumplir los requisitos de bienestar animal y de lucha contra el cambio climático, así como medidas en contra del uso de pesticidas y de variedades genéticamente modificadas.
Los organizadores se distanciaron explícitamente de la ultraderecha, que ha apoyado en muchos puntos del país las masivas movilizaciones de agricultores que se han vivido en las últimas semanas, convocadas por la Organización de Agricultores Alemanes (DBV) en contra del recorte de subvenciones agrarias.
Al contrario que la DBV, los convocantes de la protesta de este sábado no se posicionaron en contra de la eliminación del subsidio al diésel agrícola que prevé el Gobierno, sino que instaron a éste a reorganizar los subsidios de tal modo que beneficien a las explotaciones respetuosas con el medio ambiente.