Asimismo, Blasco recuerda que “la Administración sigue ignorando que poseemos importantes reservas en el subsuelo y que éstas deben ser estudiadas, catalogadas y calibradas por expertos competentes en la materia con el fin de evitar esquilmar los acuíferos”.
Por otro lado, además, LA UNIÓ quiere hacer énfasis “en el hecho de que se sigue tirando al mar importantes cantidades de agua depurada”. “Quizás abaratando su precio y vigilando a conciencia su calidad pueda aprovecharse una mayor cantidad de agua”, asegura.
Sin embargo, desde la organziación se espera que “abril se comporte medianamente bien” y salve parte de las cosechas de los campos alicantinos. De lo contrario, “podremos hablar de cosechas desastrosas”.
No obstante, creen que hay que distinguir entre la sequía propiamente dicha y la carencia de agua para regadío. “Evidentemente la falta de lluvias afecta a los cultivos de secano de manera más o menos inmediata”, sin embargo, “el regadío, de momento, está bastante garantizado, ya que los pantanos de cabecera en las cuencas que nos suministran agua están ahora mismo recibiendo cantidades importantes de precipitaciones y acumulando reservas”, explica Blasco.
Ante esta realidad, LA UNIÓ pone el acento en una cuestión importante. Y es que “el sector agrario como garante de la alimentación de la población no admitirá recortes de consideración en el suministro de agua para regadío”, asegura. Así, LA UNIÓ “emplaza a las distintas administraciones a tomar medidas que vayan encaminadas a evitar con tiempo suficiente posibles restricciones”.