EFE.- Las reservas de última hora han conseguido maquillar los resultados de julio para el turismo rural español, que salva el mes con unas cifras discretas que no permiten al sector recuperar la senda del crecimiento.

Según han coincidido en señalar fuentes consultadas por Efeagro, continúa la tendencia de los turistas de acortar estancias y buscar destinos más económicos y cercanos a su residencia habitual, pese al esfuerzo realizado por los hosteleros para mantener los precios a niveles de los últimos años.

En la parte positiva, se registra un incremento del turismo extranjero, aunque la demanda de clientes de más allá de las fronteras españolas sigue siendo minoritaria y por tanto el incremento de viajeros europeos no lograr compensar el estancamiento del sector.

La promoción en el exterior es, según las fuentes consultadas por Efeagro, una de las grandes necesidades del sector que encuentra en la barrera idiomática el primer impedimento para la captación del interés de los viajeros.

Según el presidente de la Asociación Española de Turismo Rural (Asetur), Jesús Marco, una de las salidas por la que ha optado el gremio de hosteleros rurales ha sido por la oferta de "paquetes turísticos" con los que ofrecer al viajero algo más que el simple alojamiento.

Marco ha apuntado que en esta temporada estival se está constatando un cambio en el perfil del viajero hacia un usuario, que se desplaza con la familia a destinos próximos a su vivienda habitual y que parte sus vacaciones entre el campo y la playa.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Profesionales de Turismo Rural (Autural-UPTA), Francisco Parra, ha dibujado un mes de julio "mejor de lo previsto, pero flojo en líneas generales", en un año 2011 en el que el conjunto del sector registrará un retroceso del negocio de entre un 10 % y un 15 %, según sus estimaciones.

"Salvamos los muebles, pero estamos en la antesala de una profunda reforma del sector", ha explicado Parra, quién prevé numerosos cierres de establecimientos tras el verano entre aquellos propietarios que no tienen el turismo rural como actividad económica principal.

Desde Toprural, su director de Comunicación, Joseba Cortazar, ha señalado que durante el mes de julio el efecto de última hora "ha sido mayor que nunca", lo que ha logrado elevar los niveles de ocupación desde el 27,8 % registrado a 30 de junio, hasta el 34,6 % alcanzados tras la primera quincena.

Del mismo modo, Cortazar ha recordado que aunque los primeros resultados obtenidos en julio son positivos, no permiten ser "excesivamente optimistas" ante la reducción generalizada de la estancia de los turistas.

En línea con el resto del sector, el director de Ruralgest, Rafael Pintado, ha constatado la presencia de un mayor número de familias, que busca estancias más cortas, y para las que el factor económico "es lo más determinante".

"Habitualmente el verano en la Sierra Norte de Madrid suele ser temporada baja y sin embargo este año ha crecido la ocupación en esta zona, así como en todas las provincias limítrofes de la capital como Castilla-La Mancha, porque los turistas no quieren perder tiempo en los desplazamientos", ha considerado Pintado.

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