COAG considera que en este momento están lejos de realidad las previsiones que se hicieron en julio de una gran cosecha y aumentos porcentuales de dos dígitos respecto a 2015 de la producción esperada para esta campaña vitivinícola, después de ver el impacto de las escasas lluvias y altas temperaturas de este verano sobre la evolución del rendimiento del viñedo.
Según los datos de la organización, el viñedo en secano de las zonas productoras del centro y sur peninsular y en todo el arco mediterráneo está acusando una situación de estrés hídrico mayor que la pasada campaña debido a la ausencia de precipitaciones durante todo lo que llevamos de verano y por las altas temperaturas que se vienen registrando en las últimas semanas.
la maduración de la uva está algo retrasada y se puede verificar un significativo descenso del peso medio del racimo
Hay que recordar que a pesar de las lluvias de primavera, el viñedo venía arrastrando el rigor de un invierno muy seco que al final está teniendo efectos sobre su producción. Mientras que el viñedo de regadío presenta una carga similar o ligeramente superior al año pasado.
A principio de campaña, tras las lluvias de primavera, se constataba un aumento del número de racimos por cepa respecto del año anterior, que dio lugar a previsiones optimistas en exceso.
Pero tras este verano tan seco, se puede observar que la maduración de la uva en general está algo retrasada y se puede verificar un significativo descenso del peso medio del racimo, lo cual dará lugar a un mantenimiento e incluso reducción de la producción del año anterior, sobre todo en los secanos.
El cultivo presenta en general un estado sanitario óptimo en el viñedo, que con una reducción del tamaño medio de la baya y un retraso en la maduración, es de esperar que se traduzca en una cosecha de excelente la calidad, dependiendo de las condiciones climáticas de la época de vendimia.
puede haber al final una cosecha como la de 2015, con 45 millones de hectólitros aunque con precios estables
Esta situación se repite en prácticamente todas las zonas vitícolas peninsulares, y todavía resta el mes de agosto que se prevé igualmente seco y la cosecha final va a depender mucho de la meteorología que haya hasta la vendimia.
Por ello, COAG insiste en que «en este momento hay que ser prudentes y en principio todo apunta que la cosecha puede ser similar o ligeramente superior a la de 2015, en la que se produjeron 45 millones de hectólitros a nivel estatal».
Por otro lado, COAG constata que el sector vitivinícola está manteniendo un buen nivel en cuanto al volumen de exportaciones con un ligero descenso del consumo interior una subida del valor de la producción comercializada tanto en el exterior como en el mercado nacional, lo cual ha mantenido en origen los precios estables.
Con un mercado mundial al alza y una fuerte merma de las producciones del cono sur, así como unas previsiones de cosecha a la baja por parte de los principales productores europeos, las perspectivas de comercialización de la producción española para la próxima campaña son optimistas y se prevé un escenario de precios estable a medio plazo.