Otro factor que influirá en el desarrollo de este importante subsector agrícola extremeño, asentado principalmente en las vegas del río Guadiana será la "dificultad", y en algunos casos la "imposibilidad", que han tenido muchos productores para realizar los tratamientos habituales en sus explotaciones.

     Se trata principalmente de la aplicación de productos fitosanitarios para el control de las malas hierbas.

     Esta circunstancia puede provocar que se registren menores rendimientos por hectárea, que en 2012 fueron de unos 85.000 kilos por hectárea.

     Por otro lado, el retraso del comienzo de la campaña también implicará que ésta concluya más tarde, lo que, a su vez, podría suponer menos superficie destinada al "tomate tardío" dado el "elevado riesgo" que corren los productores ante las lluvias que se pueden registrar a finales de verano.

     De esta forma, tanto el sector industrial como el productor indican que "hay que esperar" a ver cómo se desarrollan los primeros meses del cultivo ya que serán "claves" para el resultado final de la campaña de tomate.

     En este sentido, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, Domingo Fernández, advirtió, en declaraciones a Efe, que "aún es pronto" para hablar del nivel de descenso que va a haber en la producción.

     Para Fernández, que también es presidente de la cooperativa Acopaex y de la fábrica "Tomates del Guadiana", la climatología del próximo verano será "clave" ya que el año pasado se dieron unas condiciones favorables para el cultivo y se consiguió una cosecha "récord".

Se reducirán las hectáreas a la producción


     Agregó que, dado que "hay fincas afectadas por las riadas y que no dará tiempo a prepararlas", la superficie destinada a la producción de tomate en Extremadura va a ser "un 10 o un 15 por ciento" menos que el año pasado, cuando se cultivaron "unas 19.000 hectáreas".

     Esta reducción de superficie se puede corregir a efectos de la producción final si los rendimientos de las explotaciones son "altos" como ocurrió el año pasado ya que "las técnicas de cultivo han evolucionado mucho en los últimos años".

     No en vano, añadió que los contratos con las industrias contemplan rendimientos medios por hectáreas "más altos" que en campañas pasadas.

     La próxima cosecha de tomate en Extremadura también puede ver recordada su duración ya que, según el presidente de la entidad que aglutina a las cooperativas extremeñas, empezará con toda probabilidad a principios de agosto, con "unos 10 o 15 días de retraso".

     Domingo Fernández no cree que vaya a haber problemas de acumulación de materia prima en las industrias porque "hay capacidad de transformación suficiente".

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