EFE.- Los efectos más duros de las lluvias han recaído hasta ahora en Sevilla -tras los desbordamientos del Genil y el Argamasilla a su paso por Écija-; en Jaén -con inundaciones en Andújar- y Cádiz, donde la subida de los ríos Guadalete y Guadiaro afectó a fincas de Jerez de la Frontera y poblaciones de La Janda y Campo de Gibraltar.

Agroseguro ha apuntado ya daños en cítricos, cereales, frutas rojas y hortalizas como lechugas, espinacas y patatas; UPA cifra en 33,7 millones de euros las pérdidas sufridas en el espárrago de Granada y Faeca Huelva explica que las lluvias marcaron la peor primera parte de campaña fresera que se recuerda, con una merma en este momento de la cosecha respecto al año anterior del 30 %.

El coordinador de los servicios técnicos de Asaja-Sevilla, Antonio Caro ha expresado en declaraciones a Efeagro "la preocupación" de los agricultores de toda la campiña occidental andaluza (Sevilla, Cádiz y Córdoba) porque la lluvia "no da tregua", lo que está provocando "retrasos importantes" en la preparación de terreno, siembras y aplicaciones de abonos y fitosanitarios.

El agua complica los trabajos necesarios en los cultivos de herbáceos, patatas, ajos o algodón, y las plantas de tomate para industria están aún en semilleros y no se han podido trasplantar.

En los campos de cereal, con problemas de malas hierbas, no se puede entrar con los tractores para aplicar herbicidas y fungicidas, y la única opción es solicitar los permisos a la Administración para realizar tratamientos aéreos; las precipitaciones han impedido, además, sembrar el girasol andaluz.

En Castilla y León, la Alianza por la Unidad del Campo ha subrayado su "preocupación" por el exceso de lluvias y humedad, que origina problemas para recoger las 160.000 toneladas de remolacha y 10.000 hectáreas de maíz, aunque a grandes rasgos el agua ha venido bien a sus territorios agrícolas.

El agricultor de la comarca de Tierra de Campos (Zamora) José Roales (COAG) ha explicado a Efeagro que, de momento, la lluvia ha sido beneficiosa y no ha perjudicado en la zona, porque no ha sido excesiva y ha podido ser absorbida por el terreno.

Se pasa página así a la fuerte sequía del año anterior que afectó especialmente a la agricultura, ha apuntado Roales.

Los agricultores habían acabado casi en su totalidad de aplicar abonos minerales y herbicidas a los cereales en la zona, por lo que dicho cultivo no se ha visto interrumpido por las precipitaciones

Sí se verán retrasadas, en cambio, la siembras de girasol, que en este área castellanoleonesa se afrontan por estas fechas: durante el mes de marzo no se han podido realizar apenas trabajos en el campo porque no ha parado de llover.

Las precipitaciones marcarán esta Semana Santa, según las previsiones, y los agricultores seguirán pendientes del cielo en uno de los meses de marzo más lluviosos, que renovará acuíferos, pasará página de la pertinaz sequía del último año y renovará los pastos, pero también traerá importantes daños económicos en algunas zonas y la eclosión de plagas por la humedad.

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