EFE.- Solo el 7 % de los encuestados califica de “notable” la sensibilización ciudadana frente a este asunto. “Sorprende lo crítico de estas valoraciones”, ha subrayado en la presentación el director de Factor CO2, Kepa Solaun, en cuya opinión la cumbre de cambio climático en París (2015) y el próximo informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático) marcarán la evolución de la percepción social sobre este fenómeno global. Hace diez años, hablar de cambio climático era casi “predicar en el desierto”, pero esto cambió radicalmente con la edición del anterior informe del IPCC (2004) y que supuso “un verdadero boom”. Con la llegada de la crisis, las empresas y la Administración central han mantenido de modo “constante” su percepción frente a este tema, pero las CCAA y ayuntamientos han reducido su respuesta debido a que se quedaron sin financiación para poner en marcha las acciones previstas. Otra conclusión del sondeo refleja que la mayoría de los encuestados cree insuficiente la actuación de las administraciones, ONG y entidades privadas ante el cambio climático, siendo la Administración central la que mejor valoración obtiene. La misma consideración se aplica a las iniciativas de Naciones Unidas para alcanzar un nuevo acuerdo internacional vinculante sobre cambio climático: un 61 % cree que no son suficientes frente a un 18 % que sostiene lo contrario. El sondeo dedica, por otro lado, un apartado a los instrumentos relacionados con la acción frente a este fenómeno: huella de carbono, eficiencia energética o análisis de vulnerabilidad. La primera herramienta obtiene un “muy satisfactorio” por parte de un 31,8 % de los participantes; un “suficiente” por parte de un 45 % y un “insuficiente” en torno a un 22 %. Según Solaun, la huella de carbono (emisiones contaminantes generadas durante el ciclo de vida de un producto, evento…) se ha impuesto en las organizaciones españolas, pero no -como ocurre en muchos países- en productos alimentarios, debido a que el sector agroalimentario aún está en la fase de debate y también atisba riesgos relacionados con la competencia exterior. Casi ocho de cada diez encuestados opinan que la huella de carbono es una buena herramienta para lograr reducción de emisiones y un porcentaje similar piensa que sirve también para sensibilizar a la ciudadanía. Otros de los instrumentos relevantes en la rebaja de las emisiones es la eficiencia energética (98 %) y los análisis de vulnerabilidad (77 %).

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