La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, califica de desastre la situación que está viviendo el sector del vino por el excedente almacenado en las bodegas y la caída en la comercialización, con el agravante de la subida de los costes de producción. En ese sentido, la organización agraria estima que los viticultores arrastran una situación de pérdidas en sus explotaciones de hasta 1.200 euros/hectárea.

A pesar de que la vendimia 2023 ha sido una de las más cortas con solo 36,5 millones de hectolitros, lo que suma unas existencias totales de 67,3 millones de hectolitros, la cantidad más baja de las últimas campañas, el sector no logra remontar el bache de comercialización y sigue sin conseguir unos precios dignos para el agricultor. Una situación totalmente insostenible desde la pandemia, que empeoró con la inflación y la subida de costes derivadas de la guerra en Ucrania.

La caída del consumo de vino parece estabilizarse, pero después de caer hasta el 9% no logra recuperar las cifras. El incremento del coste de las materias primas y de la energía que utilizan las bodegas para la transformación de la uva, así como el embotellado se han disparado en algunos casos hasta el 40%. Y en el caso de los agricultores, los insumos como carburantes, abonos, fitosanitarios, repuestos,… también han sufrido un fuerte incremento.

La subida del salario mínimo también ha afectado de manera importante al sector de la viña ya que entorno al 50% de los trabajos de la misma son manuales.

UAGA recuerda que la vendimia 2023 fue ruinosa ya que en muchas parcelas no se pudo realizar la vendimia por la poca cantidad de uva que había, principalmente como consecuencia de un año muy seco, con escasas lluvias primaverales y luego acompañado por la ola de calor en agosto, con temperaturas que no bajaron de los 38° durante 8 días consecutivos. Esto hizo que la producción se redujera en torno al 20% – 40% dependiendo de la zona vitícola.

Con el objetivo de mejorar y aliviar la situación de los profesionales del sector viña y vino tras estas pérdidas de 1.200 euros por hectárea, UAGA solicitará una reunión al Consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón para trasladarle entre otras las siguientes reivindicaciones: Ayudas directas para las explotaciones de viñedo, una mayor bonificación en la contratación del seguro de uva y que, de cara a la próxima campaña, se active la “vendimia en verde” con una valoración más alta de la uva. «Solo así se acogerán un buen porcentaje de hectáreas y se podrá reducir la producción», aseguran. Asimismo, pedirán más presupuesto para la “Destilación de crisis”, para transformar el vino en alcohol y destinarlo a otros usos.

FACTORES QUE HAN CONDICIONADO LA CRISIS DE RENTABILIDAD EN EL SECTOR VITIVINÍCOLA

Con la epidemia del COVID y las restricciones sanitarias, que derivaron en el cierre de la hostelería, las ventas de vino se redujeron de manera considerable. Y aunque amentaron las ventas en los supermercados, esto no compensó la bajada en la comercialización.

A punto de finalizar 2023, todavía no se han recuperado los datos de consumo previos a la pandemia.

Desde 1991 se viene arrastrando una importante caída en el consumo de vino, tanto a nivel estatal como internacional, debido principalmente a que las pautas de consumo han cambiado. Los consumidores más jóvenes demandan vinos más suaves, espumosos, de baja graduación para alternar, y los vinos tintos, crianzas y reservas para las comidas y celebraciones.

Para atender las demandas del mercado y elaborar una determinada clase de vino, hay que hacer la plantación, con los elevados costes que eso implica, esperar unos 3 años a que esa plantación de frutos y luego esperar un año más para poder comercializar el vino.

Después de la crisis por la pandemia, llegó la invasión en Ucrania. Se cerraron las puertas del mercado ruso, y subió el coste de la energía, de los carburantes, de la electricidad y de las materias secas que se utilizan para embotellar (vidrio, cartón, corcho, capsulas, etc…), sin poder repercutir esa subida de costes en el producto final.

La reforma de la PAC para el periodo 2023-2027, supuso un perjuicio para los viticultores profesionales en el reparto de ayudas directas al mantener el reparto de ayudas en función de los datos de producción del año 2001. Algo totalmente indignante, ya que permite que personas que ya no tienen viñedo sigan cobrando ayudas por los derechos generados e impide que las que se han incorporado a la actividad durante los últimos 20 años alcancen el mismo importe.

El Real decreto de la “Vendimia en verde”, publicado en enero, permitía a los viticultores destruir la totalidad de la producción de uva en las parcelas que se acogieran a esta medida para reducir la producción y no saturar el mercado. Pero el precio que se aplicó al kilo de uva no fue lo suficientemente atractivo para que se acogieran muchos más viticultores.

En junio de 2023 se publicó la “Destilación de crisis” para que las bodegas que lo necesitaran pudieran retirar parte del vino de sus stocks y éste no entrara a competir con el global estatal de las existencias. Pero el importe esta esta medida tampoco fue lo suficientemente alto para que conseguir destilar más cantidad de vino.

En julio, el Ministerio de Agricultura publicó las ayudas para los cultivos afectados por la sequía, pero el viñedo se quedó fuera.

×