Trenzado ha recordado que se trata de un instrumento previsto ya en el acuerdo presupuestario de la Unión Europea y en la OCM única, pero que la novedad de esta medida radica en que es la parte de la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC) que ya entra en vigor, ya que se aplicarán a las solicitudes de ayudas del agricultor de 2014.

    Según ha indicado, en realidad no se trata de una reducción de las ayudas directas para alimentar el citado fondo de crisis (unos 433 millones de euros al año en Europa y 2.800 millones para todo el marco financiero 2014-2020), sino una "deducción temporal", porque se devolvería al sector si no hace falta utilizarlo.

Un precedente negativo que demuestra que el presupuesto europeo es "ínfimo"


    Para las cooperativas, en todo caso, la iniciativa es "un precedente negativo" que muestra a las claras que el presupuesto comunitario "es ínfimo" para atender las crisis.

    En este punto, ha apuntado que sólo la última crisis grave que afectó directamente al pepino ("E. coli") tuvo un coste de 275 millones de euros y se pregunta cómo podría responder la Unión Europea (UE) con este fondo de crisis si se dieran varias "catástrofes" como la declaración de la peste porcina en un país u otros problemas sanitarios o de mercado en el norte o sur de Europa. "Realmente el presupuesto es escaso", ha remarcado.

    Trenzado ha cuestionado que el presupuesto que nutrirá el fondo de crisis salga "de las ayudas a los productores", de tal forma que "son los propios productores quienes se apoyan a sí mismos".

    "Los fondos de crisis no son sino herramientas paliativas, con dotaciones financieras muy por debajo de las necesidades que pueden derivarse de crisis graves", ha añadido.

Se apuesta por una "experiencia que no se sabe cómo va a funcionar"


    En su opinión, la UE apuesta por la fórmula, pero no tiene experiencia de cómo va a funcionar; estas ayudas "van a llegar al sector cuando el daño ya esté hecho", si se produce una crisis grave.

    Para Trenzado, lo mejor para el campo y sector agroalimentario es que "la crisis no se produzca", pero, como el riesgo existe, lo más adecuado sería que la UE opte por "medidas preventivas" y por dejar a los operadores del sector gestionar las producciones para, por ejemplo, evitar excesos de oferta o de demanda.

    La unión y ordenación del sector por parte de los propios productores es fundamental como demostró la última crisis del "E. coli", porque "quienes pudieron aplicar las normas fueron los que estaban organizados" y sortearon mejor las dificultades derivadas de la pérdida de mercados, ha insistido.

    Por el contrario, los operadores que no estaban organizados, "tuvieron muchas mayores pérdidas, aunque recibieran ayudas".

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