El presidente del comité que agrupa a las cooperativas agrícolas comunitarias (Cogeca), el español Ramón Armengol, cree que el logro de un acuerdo para poner tope al precio del gas en la Unión Europea (UE) es una prioridad para el campo, al igual que la necesidad actual de «liquidez» de los productores.
La imposición de un límite al precio del gas que abarate la factura eléctrica, medida que debatirán este jueves los líderes de la UE en la cumbre de Bruselas, es crucial para frenar una situación muy crítica en la agricultura por el coste de la energía y de los fertilizantes, según ha asegurado Armengol en una entrevista con Efeagro.
El responsable de la Cogeca ha abogado por una «estrategia europea» ante el panorama energético y agroalimentario por la guerra de Ucrania.
En el caso del gas, ha precisado que es el principal ingrediente para la producción de fertilizantes, por lo que «todo lo que se haga» influirá en su precio.
También se ha referido a la inestabilidad ante la invasión rusa sobre la oferta de materias primas, porque todo «puede cambiar en un minuto», especialmente el acuerdo que permite la salida de cereales del mar Negro, del que España -país deficitario en grano y soja- «es el primer beneficiado».
Por ello, ha pedido que el compromiso sobre el cereal ucraniano se prolongue más allá de octubre.
LA PERSPECTIVA DE UN INVIERNO DURO Y ROTURAS EN LA CADENA PRODUCTIVA
Armengol ha alertado de los riesgos de cierres de explotaciones agrícolas y ganaderas si persiste la situación actual de alza de costes.
En cuanto a las previsiones energéticas de cara al invierno, las cooperativas temen «restricciones» que afecten a la cadena de producción alimentaria, sometida a unos procesos «que no tienen horarios» y que van desde la gestión de residuos hasta la fabricación de comida.
La preocupación, ha remarcado, es mayor en países sin mar, por las amenazas energéticas como consecuencia de la guerra de Ucrania.
Su impacto en la cadena productiva es directo ya en países como Alemania, donde «hay listas de espera para sacrificar» animales por dificultades materiales y logísticas derivadas de esta crisis energética, en momentos con más actividad de mataderos.
Por otra parte, la «liquidez» de las cooperativas agrícolas está bajando y hay procesos especialmente afectados como los de la cadena de producción de frutas y hortalizas, o la fabricación de piensos, ante un encarecimiento del coste energético que ha cifrado en un 62 %.
LAS COOPERATIVAS CIRCULAN A TRES VELOCIDADES, ESPAÑA EN SEGUNDO LUGAR
Armengol, quien ha sido reelegido recientemente en su cargo al frente de la Cogeca, ha destacado que de aquí al final de la legislatura actual de la UE (2024) la nueva Política Agrícola Común (PAC) y la salvaguarda de la rentabilidad ante unas exigencias ambientales cada vez mayores serán los principales retos.
Unos desafíos que, ha añadido, las explotaciones agrícolas afrontan «a tres velocidades»; en el primer grupo estarían Dinamarca, Suecia, Finlandia o Francia, donde hay mayor integración cooperativa y proyectos «más consolidados».
España y otros países del sur, según Armengol, estarían en un segundo nivel -aunque con grandes avances-; y en tercer nivel y «a distancia» figurarían los Estados miembros del este, que entraron a la UE a partir de 2004 y en los que el concepto de cooperativa tiene aún alguna connotación negativa asociada a la época comunista.
En su opinión, España aún tiene que aprender de Italia y de Francia en sacar valor añadido a su agricultura, pues en algunas indicaciones italianas de quesos «liquidan tres veces mejor» que los productores españoles de leche.
PROPUESTA DE LA CE SOBRE FERTILIZANTES
A corto plazo, las cooperativas esperan la presentación, el próximo 9 de noviembre, de una propuesta de la Comisión Europea (CE) sobre los fertilizantes, en un contexto crítico de oferta por la guerra de Ucrania.
A este respecto, Armengol ha recordado que los agricultores europeos y sus cooperativas (COPA-Cogeca) han pedido facilidades para la importación de urea y nitrato de amonio de Trinidad y Tobago y de Estados Unidos, grandes productores.
Por otro lado, ha defendido que se potencie la «fertilización orgánica» como medida excepcional, porque la carencia de abonos recortará las cosechas y los rendimientos de los cultivos en un momento difícil por la situación climática.