FEAGAS.- Para Pedro Pozas, Secretario Ejecutivo de la Federación Española de Criadores de Limusín, los resultados han sido “excelentes” e, incluso, “nos han sorprendido a todos un poco teniendo en cuenta la experiencia del año pasado”.

El balance que hacen desde la Federación es que se adjudicaron 29 toros en la subasta, con un precio medio de 4.200 euros, siendo un ejemplar de Expl. Agrop. Romero Haupold el toro más caro con un precio de 6.300 euros, habiendo otros cuatro ejemplares más que igualaron o superaron los 6.000 euros (6.000, 6.050 y dos a 6.150). “Además, se facturaron seis toros más fuera de subasta a muy buen precio”, comenta Pedro Pozas para añadir después que “hubo mucha gente que se ha quedado sin toros.

“Este año –continúa- hemos llevado más toros que el año pasado y más jóvenes, de entre 15 y 16 meses, que se han vendido muy bien también. Llevábamos dos años vendiendo mal y poco, pero en el campo hay mucho toro viejo porque por la crisis la gente ha aguantado mucho con lo que tenía, y los ganaderos han empezado a comprar ya toros porque los necesitaban”.

La gran mayoría de estas ventas se han quedado en la zona centro. En Salamanca se han quedado casi el 50 %, y el resto se han distribuido por las provincias de Cáceres, Zamora, Valladolid y Madrid.

Para Ángel Rodríguez Castañón, Secretario Ejecutivo de la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Asturiana de los Valles, los resultados en Salamanca también han sido “muy buenos”. Esta raza vendió 17 de los 18 toros subastados, pero la novedad estuvo en que se pujó por todos los adjudicados.

“Históricamente, Salamanca es una época en la que hay una gran demanda”, apunta Ángel Rodríguez Castañón. “Para nosotros –continúa- hay un fuerte tirón de nuestra raza en la zona y es la época adecuada con el otoño a las puertas”.

En el caso de la Asturiana de los Valles no ha habido diferencia respecto a años anteriores en cuanto al número de ventas. Justifica el hecho de que los precios de las pujas no hayan sido tan altos como en otro casos porque “nuestro objetivo en la subasta es poner genética a disposición de los ganaderos y no hacer caja. Los toros se ponen a la venta teniendo en cuenta su precio de producción. Son jóvenes, de entre 14 y 15 meses, y los precios de salida están más o menos asequibles”.

La mayoría de los ejemplares fueron adquiridos para ganaderías, aunque el destino de alguno de ellos ha sido el del cruzamiento industrial.

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