EFE.- Los precios son más bajos que en el inicio de la pasada campaña, de media un 10 por ciento inferiores en mandarinas y un 20 por ciento en naranjas.

   Igualmente, la Unió lamenta que la demanda no está siendo la deseada, y que los principales mercados europeos, "que asocian normalmente la compra de los cítricos con unas temperaturas más bajas y la necesidad de consumir para evitar problemas de salud como los resfriados", siguen sin responder debido a la ausencia de frío.

   A todo ello se une un retraso en la evolución y maduración de la fruta, que requiere horas de frío para conseguir color, si bien tiene el grado de dulzor adecuado.

   El hecho de que la fruta madure más tarde en esta campaña ha provocado que la cosecha en la Comunitat se solape también con la de otras zonas productoras españolas y la de otros países, lo que normalmente se conoce como "cuello de botella" en el desarrollo de la campaña.

   Los calibres también se resienten por la ausencia de lluvias, hecho que complica la comercialización de la fruta, han añadido las mismas fuentes.

   Estos dos factores, las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias, han propiciado el otoño más seco de los últimos 50 años, lo cual supone un incremento de costes para el agricultor, que ha de hacer frente a tratamientos agrícolas frente a plagas que normalmente ya no están activas a esta altura de campaña, como la mosca de la fruta.

   También hay que regar más los campos por el mayor efecto de evaporización, y estos costes no se pueden trasladar a los precios, de modo que "son pérdidas para los productores", denuncia La Unió de Llauradors.

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