EFE.- Empresas españolas y saharauis del sector contactadas por Efe han denunciado la situación de virtual monopolio ejercido por esta empresa, única productora en el país del apreciado agar-agar, gelatina alimentaria que procede de estas algas.

Todo empezó con la imposición a partir de 2010 de medidas de reposo biológico que impidiesen la sobreexplotación de las algas, y estas medidas adoptadas conjuntamente por los ministerios de Agricultura y Pesca y de Comercio Exterior se tradujeron más tarde en "cupos de exportación" que han sido denunciados por la Comisión Europea como contrarios al Acuerdo de Asociación euro-marroquí.

Los cupos, que afectan a la alga bruta y al agar-agar, aparecen recogidos en la página web del ministerio de Comercio Exterior como un "aviso a los exportadores", y el gobierno marroquí los justifica ante sus interlocutores europeos como "un intento de proteger a la industria nacional", según dijeron a Efe fuentes de la comisión en Rabat.

La Comisión ha notificado en varias ocasiones al gobierno marroquí la ilegalidad de estos cupos -desde el punto de vista del Acuerdo de Asociación, en su artículo 19-, la última vez el pasado diciembre, sin que hasta el momento haya obtenido respuesta.

Las fuentes consultadas por Efe -el ministerio de Comercio Exterior no quiso pronunciarse- coinciden en que es la empresa Setexam la que está siendo la verdadera beneficiada por los cupos, mientras que sus competidores sólo encuentran trabas en su acceso al mercado.

Por un lado, están los extractores de algas brutas: una empresa de El Aaiún de capital saharaui llamad Seaweed, y que antes de 2010 exportaba hasta 200 toneladas anuales de algas, ha visto en 2013 su cupo anual reducido a sólo 32 toneladas, lo que hace que sus actividades sean casi inviables y no garanticen los puestos de trabajo a su decena de empleados.

Abderrahman Labrahimani, gerente de Seaweed, se queja no solo de los cupos (ha recibido el 20 % de las toneladas solicitadas) sino de que el precio del producto es cada vez menos competitivo al haber bajado en unos pocos años de 15 dirhams/kilo (1,3 euros) a 9 dirhams (0,8 euros) por las supuestas prácticas monopolísticas de Setexam.

Producir un kilo de agar-agar, gelatina muy utilizada en alimentación, requiere de 6 kilos de algas, por lo que hay un interés claro de los productores de agar-agar por controlar el mercado de las algas.

Pero por otro lado están los otros usos más "sofisticados" (es decir, de mayor valor añadido) de las algas, como es el colagar, un producto de uso bacteriológico y no alimentario, y que en Marruecos produce la empresa española Albio.

El representante en Marruecos de Albio, Soheil Lamsouguer, comenta que han invertido en dos naves con la idea de que el mercado de algas en Marruecos era libre y no había limitaciones de cupos.

Sin embargo, se han topado con que los principales recolectores de algas, y concretamente cinco compañías que acaparan más del 70% de los cupos oficiales, abastecen a Setexam para la producción de agar-agar, y ante ello Albio y otros productores de colagar no tienen suficiente materia prima para trabajar.

Albio y otras empresas afectadas han expresado una queja al organismo oficial encargado de garantizar la libre competencia, hasta ahora sin éxito.

La empresa Setexam, a la que los demás apuntan con el dedo, niega que exista ningún favoritismo por parte del gobierno, pero justifica el sistema de cupos porque ha puesto fin a la anarquía en el sector.

Según su presidente, Rachid Lebbar, ellos mismos han visto sus cuotas de exportación reducidas, y ello pese a que su empresa aporta al país un 80% de las divisas que generan las algas y sus derivados. Solo ese hecho -concluye- justifica que ellos tengan más derecho a cupos que los demás.

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