"El árbol evolutivo que hemos construido a partir de la secuencia del genoma no admite un origen en África", apunta Matthew Webster en una nota de prensa de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.

     La abeja, recuerdan los autores, es de crucial importancia para la humanidad: un tercio de los alimentos (frutas, frutos secos y verduras) que se consumen dependen de la polinización principalmente realizada por las abejas pero también por otros insectos.

Conocer su evolución histórica para combatir su desaparición


     Sin embargo, añaden, la pérdida de colonias de estos insectos en los últimos años se ha convertido en una preocupación. Las abejas se enfrentan a amenazas como nuevas enfermedades o el cambio climático.

     Para combatir estas amenazas, es importante entender la evolución histórica de estos animales y cómo se han ido adaptando a los diferentes ambientes en todo el mundo, sostienen los autores.

     Webster detalla que, a diferencia de otras especies de animales domésticos, las abejas presentan mayores niveles de variación genética, debido probablemente a que el apareamiento se realiza de forma natural.

     Según el investigador de la Universidad de Uppsala, los resultados del análisis genómico muestran, además, que no se observa endogamia por lo que este proceso no estaría involucrado en la pérdida de colonias.

     Otras de las conclusiones de este trabajo es que el cambio climático ha afectado fuertemente a las poblaciones de abejas.

     Así, según este estudio, las poblaciones en Europa parecen haberse contraído durante las glaciaciones, mientras que las africanas parecen haberse expandido en esos períodos.

El estudio proporciona una "base adecuada" para futuras investigaciones


    
     Por parte española ha participado Pilar de la Rúa Tarín, profesora en la Universidad de Murcia, quien además aportó las muestras de la abeja ibérica "Apis mellifera iberiensis".

     "Hemos encontrado evidencias de que el tamaño de las poblaciones ha oscilado mucho en el pasado, como reflejo de fluctuaciones históricas del clima, y que las poblaciones contemporáneas tienen una alta diversidad genética", señala a Efe De la Rúa Tarín.

      Para esta científica, el estudio proporciona una "base adecuada" para futuras investigaciones sobre la influencia de los patógenos y el cambio climático en las poblaciones de la abeja de la miel.

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