El sindicato vasco agrario EHNE se ha reunido con el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra para conocer los detalles del proyecto técnico sobre la segunda fase del Canal de Navarra y considera que en este informe «queda claramente constatado que el Canal de Navarra no será para los agricultores riberos la panacea que vendió UPN».
El estudio técnico recoge que como mucho el riego podrá llegar a 10.000 hectáreas, (incluso la cantidad puede ser aún menor dado que depende básicamente de la cantidad de agua disponible), mientras que UPN vendió que podría llegar a 30.000h. Este es uno de los datos «que demuestra claramente que esta infraestructura ha sido utilizada para mero para marketing politico dejando una vez más de lado las necesidades de los agricultores y agricultoras de Navarra», según denuncia EHNE.
Otro dato que, en su opinión, demuestra que en la ejecución de esta obra, «el rigor y el buen hacer ha brillado por su ausencia, es la diferencia entre lo presupuestado y el gasto final»: incluyendo Itoitz, el canal y todos los gastos, teniendo en cuenta los peajes en la sombra, el total asciende a 4.000 millones de euros mientras que en un principio estaban previstos 800 millones de euros. «Esto supone una hipoteca para todo el sector y para la sociedad», señala la organización en un comunicado.
Pese a todo, EHNE valora positivamente el procedimiento «honesto» llevado a cabo por el departamento actual y también los pasos que se prevén para estos meses, entre ellos, dar la oportunidad a las propias comunidades de regantes para que con los datos en la mano se pronuncien sobre si quieren o no este servicio. EHNE entiende que «la necesidad de llevar agua de boca es el argumento de más peso para ejecutar esta obra, ya que la inadecuada calidad de las aguas del Ebro hacen inviable su consumo. Esta mala calidad esta derivada por algunas actividades industriales y agrícolas, las cuales entendemos que deberían de preocupar tanto a las personas agricultoras como a la sociedad en general».