Es lo malo de las ideas de la Unión Europea, que las plantean y luego cada cual las interpreta como le da la gana. Si hace unos días la Comisión Europea aprobada una importante partida de dinero para que se reduzca la producción de leche (importante sobre todo para Alemania, Reino Unido y Francia porque para España sólo les ‘sobraba’ 14 millones de euros), la multinacional gala Lactalis parece que ha decidido apuntarse rápidamente a eso de la reducción.
Y como ya va a reducir produción en España o, por lo menos, empleo, con el cierre de la planta de Lauki de Valladolid (que ya verán cómo al final les saca dinero a la UE con este cierre aduciendo que produce menos leche en España), sólo le quedaba reducir otras cosas, como el precio de los contratos a los ganaderos gallegos.
Tal y como ha denunciado la Federación Rural Gallega, 1.200 ganaderos han visto cómo sus nuevos contratos conllevaban un fuerte recorte en el precio que van a recibir, con el agravante de que no sólo no van ya a cubrir costes, sino que se lo han dado sólo unos días antes de del 1 de agosto, que es cuando empieza el nuevo contrato. Con lo que o se toma o se deja, pero sin plazo para buscar un nuevo comprador.
Parece claro que a Lactalis ya sólo le falta reducir su falta de vergüenza. Ah, no. Que de eso ya no le queda nada.