13 de octubre en el canal de televisión France 2 se transmitió un capítulo del programa Enviado especial dedicado al conflicto que enfrenta al gigante de productos lácteos Lactalis Francia con los productores de leche de ese país. Obviamente, después de los numerosos conflictos y protestas que ha habido en el país galo contra esta industria láctea, hubo mucho ganaderos que criticaron abiertamente ante las cámaras la posición de Lactalis en el pulso mantenido durante varias semanas.
Y la respuesta de la empresa ha sido clara: todos lo que salieron a dar la cara verán cómo en enero de 2018 se les acaba el contrato que tienen con ella. Y no sólo eso, ha logrado que un juez impida que se pueda volver a ver ese programa al ‘secuestrarlo’ ante la denuncia interpuesta por Lactalis Francia.
Está claro que la multinacional gala no se anda con chiquitas y que una de sus características no es precisamente asumir las críticas. Aunque parece mucho más claro que, con estos antecedentes, ningún dirigente de Unions Agrarias, que mantienen abierta una guerra judicial contra la empresa por el impago de tres millones de euros, va a poder vender su leche a Lactalis. Casi, conociéndoles cómo se toma las cosas, no van a dejarles ni comprar una botella. Aunque tampoco parece que tengan mucho interés. Ni de venderles la leche ni de comprarla.