El método desarrollado, en colaboración con el grupo de la Dra. Carolina Sousa, catedrática de la Universidad de Sevilla y vicepresidenta de la Sociedad Española de la Enfermedad Celíaca, detecta el gluten en heces, permitiendo hacer un seguimiento de la adherencia del paciente a la dieta sin gluten y detectar posibles casos de incumplimiento de la misma. “No siempre se trata de la voluntariedad del paciente. Excluir el gluten totalmente de la dieta es difícil porque es uno de los ingredientes alimentarios más comunes”, explica la Dra. Sousa.

     La enfermedad celíaca es una enteropatía autoinmune caracterizada por una intolerancia permanente a las proteínas del gluten de trigo, cebada, centeno y algunas variedades de avena. Es el resultado de la atrofia de las vellosidades de la mucosa del intestino delgado superior que interfiere con la absorción de nutrientes y se asocia con múltiples síntomas que incluyen diarrea, malnutrición, anemia, osteoporosis, dermatitis, trastornos neurológicos y depresión causados por la ingesta de gluten.

     Pese a ello, se estima que entre el 30 y el 65 por ciento de los pacientes celíacos no siguen una dieta completamente libre de gluten y más del 45% del total de celíacos diagnosticados siguen presentando daño intestinal, incluso después de un año de seguir una dieta libre de gluten.

     Hasta ahora, el médico se valía de cuestionarios dietéticos, serologías, biopsias o contenido de grasas en heces para intentar averiguar el grado de exposición del paciente al gluten, pero estas pruebas no eran suficientemente eficaces, ya fuera por falta de objetividad de la misma, por costes o por tratarse de técnicas invasivas o no específicas para verificar el cumplimiento de la dieta sin gluten.

    Con una correcta dieta libre de gluten el paciente nota una mejoría de la calidad de vida y una reducción de los síntomas de la enfermedad, evitando así riesgos acumulativos a largo plazo como la osteoporosis y/o los daños en la mucosa intestinal.

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