Desde el punto de vista de la investigación, se considera a la Región de Murcia como un laboratorio natural para el estudio del comportamiento del cerezo en climas cálidos y con inviernos suaves. Por tal motivo, el citado instituto ha incluido al IMIDA en un ensayo multinacional de preselecciones francesas que también se han plantado en las ciudades galas de Burdeos y Nimes, así como en Eslovenia e Inglaterra.
El Grupo I+D Cerezo del IMIDA ha demostrado que es viable el cultivo del cerezo en la Región de Murcia. Según el jefe del Departamento de Hortofruticultura del IMIDA, Diego Frutos, la disponibilidad de patrones como el ‘mirobalán Adara’ ha permitido extender el cultivo a suelos calizos de diversa textura con una adecuada selección de los portainjertos.
Actualmente, el IMIDA mantiene dos importantes colecciones de nuevas variedades de cerezo en Jumilla y Bullas, además de otra pequeña colección en la pedanía murciana de La Alberca. En una segunda etapa de trabajo se plantea reducir el número de variedades a experimentar en cada comarca, partiendo de las que mejor se han comportado en las colecciones ex situ. A más largo plazo, el ‘Programa de mejora genética’ que desarrolla el IMIDA aportará nuevas variedades.
Según Adrián Martínez, “los suelos calizos y las horas de sol de Murcia dan lugar a producciones de alta calidad”. En este sentido, apuntó que “el mercado ha pagado las cerezas de Murcia a un precio superior a las de otras procedencias”.
Señaló asimismo que “las condiciones climáticas de Murcia facilitan la obtención de cereza temprana y extratemprana, con lo cual la producción futura de cereza a gran escala no competiría con las de otras zonas productoras tradicionales de España, sino que serían complementarias”.