EFE.- Adrià ha explicado que tiene pendiente la firma del contrato, que se trata de "una inversión de 40 millones de dólares" y ha revelado que la película se inspiraría en las historias que cuenta en el libro Lisa Abend, corresponsal de la revista Time en España.

Si se hace la película finalmente, se filmaría en elBulli abierto, en el que se servirían comidas y se mezclarían los actores con cocineros reales, ha comentado Adrià, quien no saldría en el filme sino que su papel lo haría un actor.

La película transmitirá, ha dicho el chef barcelonés, el espíritu de elBulli, que consiste en "compartir, asumir riesgos y la pasión".

Detrás del proyecto se encuentra el productor Jeff Kleeman y el guionista David Wilson, quienes visitarán elBulli entre el 1 y el 8 junio.

Para Ferran Adrià, "sus referentes en cine sobre la cocina son ‘Ratatouille’ y "El festín de Babette’ y el enfoque que se le daría a la película sería similar al que ofrece ‘La red social’ sobre el nacimiento de Facebook".

Como corresponsal de la revista Time en España, Lisa Abend decidió en 2009 hacer un reportaje sobre el mejor restaurante del mundo y allí conoció por primera vez a Adrià y su entorno, por el que cada año pasan "32-35 jóvenes cocineros procedentes de cualquier punto de la tierra que permanecen allí una buena parte de la temporada como aprendices", ha dicho.

En aquel año, Abend pudo ver a aprendices de quince países tan diferentes como Japón, Corea del Sur, Venezuela, EEUU, India o Chile, y no es casual que no hubiera ninguno de Francia, anota.

Casi todos esos ‘becarios’ llegan con experiencia, tras trabajar en un pequeño restaurante o un hotel, tienen mayoritariamente menos de 30 años y hay más hombres que mujeres.

En "Los aprendices de hechicero" (Planeta), Abend narra historias personales de esos jóvenes, alguna historia de amor, pero "sin duda la historia más impresionante fue protagonizada por el surcoreano Myungsun ‘Luke’ Jang, que llegó a mitad de temporada y permaneció acampado tres días a la puerta hasta que recibió su oportunidad.

A primera vista, el premio de ser aprendiz no es muy bueno, como recuerda Abend, pues "tendrán que trabajar de 12 a 14 horas durante seis meses, no cobran y sólo reciben a cambio una cama en un piso que no es de lujo y una comida al día".

Según la periodista norteamericana, "piensan que han llegado al país de las maravillas, les impresionan los productos, la organización; pero con los días comienzan a decepcionarse".

Ferran Adrià les propone cada año duras pruebas como "limpiar las piedras del aparcamiento, extraer piñones de las piñas en cantidades suficientes como para servir en la cena rissottos en los que los granos de arroz son sustituidos por los piñones o sacar el germen del interior de los granos de maíz".

El cocinero defiende esta filosofía del esfuerzo: "Limpiar las piedras o sacar piñones es la forma más fácil de eliminar el glamour de la cocina y de descolocarlos", sin embargo advierte que "con elBulli Foundation será diferente, pues todos tendrán una beca, no vendrán a aprender sino a crear, y por eso buscaremos el máximo talento".

De su convivencia en el mejor restaurante del mundo, Abend aprendió que "todos esos platos tan innovadores y emocionantes son el resultado de un trabajo muy mecánico, duro e incluso aburrido".

A pesar de que pasar por elBulli les supone un trabajo seguro, en realidad los aprendices buscan es otra cosa: "Aprenden la filosofía, a superar sus propios prejuicios, la disciplina y a preguntarse sobre el por qué de las cosas".

Cuando elBulli cierre definitivamente sus puertas el próximo 30 de julio dejará un legado que, en opinión de Abend, "no serán las esferificaciones ni las espumas, sino los más de 1.000 jóvenes que han pasado por él y que hoy están en todo el mundo, desde Tokio hasta pueblecitos catetos de EEUU".

El propio Adrià reconoce que ver cómo premian a esos jóvenes que han pasado por elBulli en los últimos 25 años es "la mejor recompensa", el último la distinción que recibió en EEUU José Andrés, "el cocinero más bulliniano del mundo", reivindica Adrià.

René Redzepi, Andoni Luis Aduriz, Joan Roca, Massimo Bottura, José Andrés, Jason Atherton, Quique Dacosta, Nuno Mendes, Josean Martínez Alija, Denis Martin, Paco Roncero, Jean George Klein, Sergi Arola, Carles Abellán, Albert Raurich o Paco Morales son "la generación más influyente en el mundo actual de la cocina", que tienen en común haber sido aprendices del hechicero Adrià.

 

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