De lo que se trata es de que "no haya ni un kilo de aceituna que no esté debidamente documentado", ha señalado Juan Lillo, que ha añadido que, como en la pasada campaña, se pedirá a los agricultores que, en el transporte de aceituna, acompañen a la guía conduce un plano SIGP de la finca firmado por el titular de la misma, que permita identificarla geográficamente.
Esta medida, adoptada el pasado año de forma experimental, permite conocer desde un primer momento la situación de la parcela de donde procede la aceituna, por lo que ayuda a descubrir, en caso de hurto, el origen ilícito del fruto y pone nuevas dificultades a los autores de los robos.
Lillo ha confirmado que en los servicios de seguridad participarán todas las fuerzas disponibles de la Guardia Civil, que, además de su presencia en el campo, prestarán especial vigilancia en las almazaras y puestos receptores de aceituna, además de controlar los transportes de aceituna.
Estas fuerzas se verán reforzadas con los dos equipos ROCA (patrullas de lucha contra robos en el campo) que, integrados por cinco miembros cada uno, tienen su base en Úbeda y Martos.
La mano de obra local cubrirá todas las plazas por la escasez de la cosecha
También participará en este servicio, en las zonas de su ámbito, la Policía Nacional, pidiéndose asimismo a los ayuntamientos la colaboración de la Policía Local.
El subdelegado ha calificado como eficaz la actuación de las fuerzas de seguridad en la prevención y resolución de los robos de aceituna, como revela el dato de que en la pasada campaña la Guardia Civil consiguió recuperar 150.000 kilos de los 250.000 de los que se había denunciado su sustracción.
Finalmente el subdelegado ha desaconsejado la llegada a la provincia de trabajadores forasteros para la recolección de aceituna que no tengan la seguridad de ser contratados, dado que la actual situación laboral va a permitir que la cosecha, muy reducida, pueda ser prácticamente recogida con mano de obra local.