En este segundo caso, el objetivo es descartar que el escándalo, que saltó inicialmente en el Reino Unido y ya se ha extendido a distintos países europeos, no se convierta además en un problema de seguridad alimentaria.
"Estas pruebas ayudarán a tener una idea más clara de la situación en Europa", dijo en un comunicado el ministro de Agricultura irlandés, Simon Coveney, cuyo país preside la UE este semestre.
Las medidas forman parte de la recomendación presentada el pasado miércoles por la Comisión Europea, tras una reunión informal con los países que hasta la fecha se han visto afectados por el escándalo (Reino Unido, Francia, Holanda, Polonia, Luxemburgo, Rumanía y Suecia).
La propuesta recibió hoy el apoyo de "la mayoría" de los Estados miembros, indicaron fuentes diplomáticas.
Habrá dos tipos de pruebas, la primera sobre el ADN en la ternera utilizada en productos transformados. Incluirá unas 2.250 muestras, de las que se llevarán a cabo 150 en España, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Polonia indicaron fuentes europeas.
En el resto de Estados miembros tendrán lugar entre 10 y 100 controles, un reparto que ha tenido en cuenta "el tamaño de cada país", explicaron las fuentes.
El segundo tipo de análisis servirá para comprobar si la carne de caballo en los mataderos contiene rastros de fenilbutazona, un antiinflamatorio cuyo acceso está prohibido en la cadena alimentaria.
En particular, se deberá realizar un test por cada 50 toneladas de carne de caballo -cada país tendrá que llevar a cabo como mínimo cinco pruebas-, informó la Comisión. Los dos tipos de controles se realizarán durante todo el mes de marzo, con el objetivo de disponer de resultados el 15 de abril. Sobre la base de esas conclusiones, Bruselas decidirá si propone medidas a más largo plazo.
La Comisión Europea cofinanciará el 75 % de los costes de los test, es decir unos 300 euros por cada muestra que se haga durante el primer mes. Además, el plan obligará a informar con regularidad a Bruselas de los resultados de los controles.
De momento, la Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido (FSA) ha informado hoy de que 29 de los 2.501 test sobre productos de vacuno que ha realizado en los últimos días han dado positivo por contaminación con carne de caballo.
Noruega y Austria, por su parte, han confirmado también la presencia de carne de caballo en productos elaborados etiquetados como de vacuno. Además, varios hospitales de Irlanda del Norte han recibido partidas de hamburguesas de vacuno que contenían carne de caballo.
El comisario europeo de Sanidad y Consumo, Tonio Borg, valoró la aprobación de la medida y pidió a los países que "mantengan la presión", para determinar cuanto antes la dimensión y la secuencia de los acontecimientos.
"Los consumidores esperan que la UE, las autoridades nacionales y todos los implicados en la cadena alimentaria les den la seguridad que necesitan sobre lo que contiene su plato", añadió.
También se ha sabido que las autoridades holandesas han puesto en marcha una investigación a amplia escala para esclarecer el alcance en su territorio del fraude en el etiquetado. Las investigaciones se extenderán a unas cien empresas holandesas, que incluirán desde mataderos a supermercados.
El escándalo de la carne de caballo se volverá a tratar a nivel europeo en el Consejo de ministros de Agricultura que tendrá lugar el próximo 25 de febrero, donde se examinarán medidas a medio y largo plazo.
En la UE se consumen anualmente 110.000 toneladas de carne de caballo, de las que el 30% procede de importaciones (principalmente de Canadá, México y Argentina). Los países donde se consume más caballo en la Unión son Bélgica, Holanda, Francia e Italia mientras que en otros, como el Reino Unido o Irlanda, el consumo de esa carne está muy mal visto.