Semeta destacó además que este tipo de prácticas no solo tienen un impacto en la salud sino que contribuyen a la financiación de otros delitos y recalcó que se precisa una respuesta internacional.

    El protocolo fue acordado en noviembre del año pasado en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (FCTC, siglas en inglés) y fija normas y controles estrictos sobre el suministro y distribución de productos de tabaco.

    Los productores de tabaco deberán, entre otras precauciones, adaptar la oferta a la demanda para garantizar que no producen un exceso que podría ser utilizado para contrabando, así como establecer un régimen de seguimiento de sus productos en el plazo de 5 años desde la entrada en vigor del protocolo.

    La firma del protocolo por parte de la UE se materializará en las próximas semanas y antes de que entre en vigor necesitará ser ratificado por 40 países.

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