La trufa del desierto está siendo cultivada con éxito desde marzo de 2017 en una finca experimental del Campo de Cartagena, al adaptarse a la climatología de la zona. También conocida como ‘Turma’, es un cultivo que destaca por no necesitar fertilización con nitrógenos, con lo que evita que se filtren los nitratos al suelo.
La secretaria general de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, María Dolores Valcárcel, visitó una finca ecológica experimental en Torre Pacheco para conocer los resultados del estudio de implantación de la trufa del desierto, que lleva a cabo la Oficina Comarcal Agraria de Cartagena-Oeste. Allí informó de que este proyecto comenzó hace más de un año y de que “en 2019 tendremos los resultados de la cosecha, ya que su cultivo suele tener una duración de entre dos y tres años”.
La Consejería apuesta por la trufa del desierto como alternativa recomendable en las zonas vulnerables a la contaminación de nitratos. Además, la ‘Turma’ se sitúa como un cultivo rentable en el campo murciano al adaptarse al riego deficitario, ya que “solo necesita riegos de plantación y de apoyo durante el cultivo en los meses de agosto a noviembre anteriores al año de la fructificación, entre los 12 y los 18 meses de su plantación”, destacó Valcárcel.
Este proyecto tiene como objetivo evaluar el comportamiento agronómico de este hongo en la comarca del Campo de Cartagena como una alternativa viable desde el punto de vista económico y medioambiental.
El precio en los mercados nacionales de este cultivo de la trufa del desierto oscila entre los 15 y los 30 euros el kilo, dependiendo de la cosecha, con una producción media de 600 kilos anuales por hectárea.
La trufa del desierto ya se ha introducido en las zonas del Noroeste y centro de la Región desde hace años, y se sitúa como una de las especies más importantes por su interés ecológico y económico. No obstante, su extensión de cultivo es todavía minoritario.
(Foto principal: trufamania)