España tiene una superficie de viña «no de mesa» de 941.154 hectáreas y entre Castilla-La Mancha (46,1 %) y Extremadura (9,4%) acaparan más del 50% de la extensión global, según la última «Encuesta de Viñedo del año 2015» del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Además, el 1,86 % de la superficie nacional está ocupada por viñedo cuyas uvas no son de mesa mientras que, si se toman como referencia los cultivos leñosos, la cifra alcanza el 19,17 %.
Por Comunidades Autónomas, destaca La Rioja -donde el 9,04 % de la superficie la ocupa este tipo de viñedo- mientras que en el Principado de Asturias solo el 0,01 % de la superficie total está dedicada a este cultivo, detalla el mismo informe.
La mayor parte de la superficie de viña (94,3 %) se encuentra en producción y la superficie que potencialmente puede aportar vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP) representa, teniendo en cuenta la que produce y la que aún no lo hace, el 88,3 % del total.
La superficies que potencialmente pueden producir vinos con Indicación Geográfica Protegida (IGP) suponen un 7,3 % de la total.
Las parcelas de viña con denominación de origen son las que tienen una mayor superficie media por explotación (2,6 hectáreas).
Las explotaciones para vinos que no son ni de DOP ni de IGP son las que tiene el menor tamaño (0,25 hectáreas); el tamaño medio por explotación en España es de 1,8 hectáreas.
El Reglamento 1337/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de diciembre de 2011 relativo a las estadísticas europeas sobre cultivos permanentes establece, entre otras, la obligación de los Estados de realizar cada cinco años una estadística relativa a las viñas destinadas a otros fines distintos de la producción de uva de mesa -el primer año de referencia es 2015-.