En esa época, en Galicia se registraron 624 fuegos que quemaron 431 hectáreas, de las que 113,3 (26%) eran arboladas, y supusieron el 50 por ciento de todos los sucedidos en la Comunidad entre el primero de enero y el 21 de noviembre, con un 21 % de las quemadas en lo que va de año.

      Por ello, la conselleira consideró que "los medios dispuestos por el PLADIGA en esta época actuaron rápida y eficazmente", lo que permitió que la media de superficie quemada por incendio fuese de menos de 0,7 hectáreas.

     En cuanto a los primeros once meses del año, hubo en Galicia 1.238 fuegos, que afectaron a 2.003 hectáreas, de las que el 25 % eran arboladas y, del total, 180 alcanzaron la categoría de incendios, al superar una hectárea de extensión, por lo que un 79,5 % quedaron en conatos, lo que la conselleira vinculó con el buen funcionamiento de los medios de extinción.

      Rosa Quintana señaló asimismo que el número de fuegos diarios fue de 3,9, lo que supone una reducción del 75 % con respecto a la media de la última década. Los de mayor superficie quemada, superiores a 25 hectáreas, fueron el 1,05 por ciento.

     Para la responsable de Medio Rural, "estas cifras indican que se cumplieron de forma amplia todos los objetivos marcados en el PLADIGA". Por provincias, Ourense fue la más afectada, con 1.108 hectáreas y 457 fuegos; seguida de Lugo, con 454 y 250; A Coruña, con 325 y 319; y Pontevedra, con 114 hectáreas y 212 fuegos.

Tensión política a pesar de los datos


     E n el debate posterior a la intervención de la conselleira hubo momentos de tensión entre los diputados y fueron llamados al orden Consuelo Martínez (AGE), Tereixa Paz (BNG), Abel Losada (PSdeG) y Marta Rodríguez Arias (PPdeG), especialmente tras la referencia de la parlamentaria del Bloque a que el PP en 2006 "la oposición (entonces el PP) echaba combustible al monte".

     Se refirió la diputada, como señaló ella y el resto de los portavoces de la oposición, a una carta de la entonces parlamentaria del PP María Dolores Faraldo a los alcaldes para que no firmasen los convenios para protección de los núcleos rurales.

     Rodríguez Arias, tras la intervención de Paz, intervino en cuestión de orden para señalar que se trataba de una acusación "muy grave", en la que se "imputa un delito".

     Todos los portavoces de la oposición insistieron en la existencia de esa carta y entraron en el detalle de su contenido e incluso el socialista Pablo García recordó la fotografía del entonces jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, con una pequeña manguera en plena campaña de incendios.

      En cuanto al balance de la campaña de extinción, las intervenciones también se centraron en señalar por parte de la oposición la importancia de la climatología atípica en los meses de verano, mientras que la titular de Medio Rural insistió en que "la climatología no es la causante de los incendios", sino "alguien que planta fuego", se congratuló de que los gallegos hubiesen apostado este año por no prender fuego y resaltó la eficacia del dispositivo, por lo que felicitó a sus integrantes.

      Quintana recordó que en 2007 llovió más en primavera y verano y ardieron 6.000 hectáreas, frente a las 2.000 de este año. También coincidieron los parlamentarios de la oposición en criticar a la Xunta por centrar su política en la extinción, con un dispositivo en que se introdujo la privatización, en lugar de un servicio único y público, y en reclamar una política forestal que conviva armónicamente con la actividad agraria y busque el valor añadido y la fijación de población en el rural.

      Así, coincidieron también en criticar que uno de cada cinco euros del presupuesto del Departamento se destine a apagar los incendios forestales. Rosa Quintana negó que hubiese un rechazo generalizado de su política, dijo que en el Consello Forestal están representados todos los agentes que intervienen en el sector, donde ya se han constituido grupos de trabajo, y se comprometió a traer al Parlamento un Plan Forestal "para los próximos 50 años".

      Por su parte, el portavoz del PPdeG, Xosé Manuel Balseiro, resaltó que se habían cumplido "todos" los objetivos del PLADIGA y concluyó que "lo que es medible no es opinable".

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