La actividad de frutas y hortalizas en el ejercicio que está a punto de finalizar y el año hortofrutícola ha estado marcado por los efectos de la inflación de costes y el imparable aumento de las importaciones desde países terceros, así como por las inclemencias meteorológicas que han recortado campañas como la de fruta de hueso.
Así lo ha apuntado a Efeagro el director general de la federación de productores y exportadores Fepex, José María Pozancos, quien ha hecho referencia a la «amenaza creciente» que supone para la actividad hortofrutícola española el avance de las importaciones de productos como tomates, frambuesas, arándanos, pimientos o sandías.
En cuanto a exportaciones, los últimos datos ofrecidos por el Gobierno mantienen al negocio exportador hortofrutícola como el más potente del sector primario, con unas salidas por valor de 17.578 millones de euros entre enero y octubre, un 5,4% más que en el mismo periodo de 2021.
Sin embargo, las importaciones que llegan a España, la denominada «Huerta de Europa», evolucionan al alza de manera imparable, ya que hasta octubre han crecido en valor un 21% y ya alcanzan los 5.993 millones de euros.
Fepex, con estos datos, ha calculado que el año hortofrutícola finalizará con una subida cercana al 3% en las exportaciones totales en valor pero, según sus cálculos, esa subida, en parte causada por la inflación de precios, irá acompañado de una caída del volumen de envíos de entre el 8% y el 10%.
Para revertir este comportamiento, Pozancos ha considerado «determinante» que el sector siga avanzando en dos retos: mejorar la competitividad con la implantación de tecnologías de precisión y una gestión más rigurosa de costes e impulsar los sistemas de protección de cultivos frente a las adversidades climáticas.
LAS INCLEMENCIAS METEOROLÓGICAS HAN MARCADO EL AÑO HORTOFRUTÍCOLA
A su juicio, el año hortofrutícola de 2022, el sector hortofrutícola peor parado ha sido el de la fruta de hueso debido a las heladas que sufrieron las superficies en primavera, especialmente en Aragón y en Cataluña, las incesantes lluvias en Murcia y las altas temperaturas y olas de calor en verano, que también redujeron los volúmenes.
A esta fuerte rebaja de la producción de melocotón y otras frutas de hueso hay que sumar la de manzana, también por las heladas; la de tomate por la sequía; y la de cítricos por el exceso de lluvias durante la floración y que, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), será «la más corta en diez años».
Al estar muy condicionada la producción de fruta y verdura con la disponibilidad de agua para regadío, el director de Fepex ha reconocido que hay «preocupación» por la «incertidumbre» que genera la política hidrológica en materia como los trasvases y que puede traducirse en el «abandono de cultivos».
También ha mostrado su temor porque la inflación de costes que ha sufrido tanto el productor como el exportador de frutas y verduras, con la consecuente «reducción de márgenes», «impacte negativamente» en las futuras inversiones que hay que realizar en las explotaciones.
Sobre el encarecimiento de la cesta de la compra y el recorte del consumo en los hogares -el de frutas ha caído un 12,2 % y el de hortalizas un 13,9 % en volumen durante el último año móvil hasta octubre, según el MAPA-, ha apuntado a la importancia de continuar con campañas para promocionar las propiedades de estos alimentos para la salud.
Ha confirmado que a lo largo de este ejercicio el Gobierno ha publicado toda la normativa relativa al sector de cara a la nueva Política Agrícola Común (PAC) que entra en vigor el próximo 1 de enero y que prevé incluir de forma progresiva a todos los productores que no están en el régimen de ayudas directas.
«En estos momentos no podemos valorar si se van a cumplir las condiciones de igualdad para todos los productores ya que no sabemos la dotación de la Reserva Nacional» desde la que el Ministerio sufragará el gasto, ha comentado.
En materia legislativa, Pozancos ha lamentado que en la última reunión del Consejo de Ministros de 2022 -prevista para este martes- el Gobierno apruebe la nueva Ley de envases y residuos de envases que, en principio, si no se incluyen excepciones, supondría la obligación de vender la fruta y verdura a granel.