EFE.- Con una extensión cercana a las 34.000 hectáreas, repartidas entre Madrid y Castilla y León, la Sierra de Guadarrama se convertirá en el decimoquinto parque nacional del país, y el quinto más grande por extensión cuando el Pleno de la Cámara Baja apruebe definitivamente el proyecto.

También hace gala de poseer el 40 por ciento de las especies de anfibios y reptiles de España, el 39 por ciento de las aves y casi el 50 por ciento de los mamíferos viven en él, con especies tan emblemáticas como el águila imperial o la cigüeña negra -ambas en peligro de extinción- , o la nutria, el corzo y la cabra montés.

Una modificación introducida en la Cámara Alta ha hecho necesario que el texto vuelva de nuevo al Congreso, de donde mañana saldrá con el régimen de protección al más alto nivel que permite el ordenamiento jurídico español.

Se trata de una enmienda relacionada con los aprovechamientos compatibles en el "área de especial protección", y así, el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque deberá establecer si los aprovechamientos que se practican en esas áreas con compatibles con los objetivos de esta nueva Ley.

En contraste con otros parques nacionales, donde la ordenación del territorio ha avanzado condicionada por las propias restricciones que impone la protección de un espacio con un importante valor natural, la histórica presencia humana ha configurado la Sierra de Guadarrama.

El parque incluirá los Sitios Naturales de Interés Nacional de la Cumbre, el Circo y las Lagunas de Peñalara y de La Pedriza del Manzanares, áreas singulares y populares como la cumbre de los Siete Picos, además de una gran parte de los montes de Valsaín (Segovia).

En sus inmediaciones o a pocos kilómetros se encuentran lugares de interés histórico y cultural como el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, el Monasterio de Santa María de El Paular o el Castillo de los Mendoza (Manzanares el Real), una de las fortalezas medievales mejor conservada de España.

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