Las primeras labores de la siega del arroz han empezado en la marjal de Pego-Oliva, con la recogida de la variedad bomba, y en unos pocos días harán lo propio en la Albufera. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) augura buenas perspectivas comerciales debido a la estabilidad en el volumen de producción del arroz y al descenso previsto de las importaciones procedentes de países asiáticos como Vietnam, Myanmar o Camboya.

El responsable de la sectorial del arroz de AVA-ASAJA, Miguel Minguet, avanza que, además del buen avance de la siega del arroz, “por el momento, todo parece prever que el mercado valenciano del arroz estará este año más equilibrado porque varios países terceros han decidido, con motivo de la pandemia del Covid-19, asegurarse el abastecimiento de este cereal para las necesidades internas de su población y, por tanto, reducir sus exportaciones con destino a la Unión Europea”.

ESTIMAN UNA PRODUCCIÓN VALENCIANA DE ARROZ SIMILAR A LA MEDIA DE LA ÚLTIMA DÉCADA CON UNA EXCELENTE CALIDAD Y LOS MÁXIMOS ESTÁNDARES DE SOSTENIBILIDAD

Minguet, quien a su vez es vicepresidente del grupo de trabajo del arroz en el COPA-COGECA, recuerda que “en los últimos tiempos la Comisión Europea, con la complicidad del Gobierno español, han abierto las fronteras a cada vez más arroz foráneo que, sin aranceles y en unas condiciones de competencia desleal desde el punto de vista fitosanitario y ambiental, inundan el mercado europeo y hunden los precios. El propio ministerio de Agricultura reconoce que las importaciones récord de arroz asiático restan competitividad a los arroceros españoles, pero al mismo tiempo sigue impulsando nuevos acuerdos como el de Vietnam y Mercosur. Pues bien, muy a su pesar, este año, a causa del Covid-19, son los propios países terceros los que prefieren quedarse su arroz para ellos”.

En ese sentido, Minguet advierte a la clase política de que “esto es un claro ejemplo de que Europa no puede permitirse el lujo de dejar morir a su agricultura y poner la alimentación a expensas de otros. Ante crisis impredecibles como esta pandemia, cada país vela por sus intereses y si nos quedamos sin arroz o cualquier otro producto agrario, los europeos se pueden encontrar con consecuencias nefastas en desabastecimiento”.

Desde el punto de vista agronómico, AVA-ASAJA estima, ante el inicio de la siega del arroz, una producción valenciana similar a la media de la última década, en torno a las 110.000 toneladas, que constata una excelente calidad y garantiza los máximos estándares de sostenibilidad ambiental. No obstante, la organización agraria lamenta que los arroceros se han visto obligados a asumir importantes sobrecostes a la hora de combatir las malas hierbas, ya que la no disponibilidad de suficientes herbicidas autorizados genera resistencias, aumentando el número de tratamientos y elevando los gastos en mano de obra. Asimismo, las lluvias primaverales han retrasado el ciclo de cultivo y han añadido dificultades en el abonado.

Minguet reivindica a las administraciones “más investigación y agilidad para poner a disposición de los arroceros un número suficiente de productos fitosanitarios y biológicos que resulten eficaces para frenar las crecientes malas hierbas y enfermedades que atacan al cultivo. Nuestro arroz, que es extraordinariamente apreciado por los consumidores y tiene una función esencial en la preservación de los parques naturales donde se cultiva, debe contar con las herramientas de control necesarias y en ese aspecto tan elemental la clase política está fallando de una manera clamorosa por anteponer la ideología a los criterios científicos”.

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