La escasez de lluvias va a provocar que esta campaña apenas se recolecten aceituna de mesa en Extremadura, ya que  las mismas no han cogido tamaño y ya se están poniendo de color morado y pronto están negras. Y esto provocará que solo en la aceituna manzanilla cacereña va a haber esta campaña pérdidas superiores a los 27 millones de euros, según los cálculos de Unión Extremadura.

La primera posibilidad es que los agricultores tengan que dejarlas para producir aceite con las pérdidas que esta práctica va a suponer, «una situación más grave en el caso de la manzanilla cacereña que en el resto de variedades, ya que esta apenas tiene rendimiento de aceite por lo que el precio de la misma será muy bajo».

La organización agraria recuerda que llevan tres años de sequía, pero «sin lugar a dudas esta campaña va a ser la peor de todas, con pérdidas superiores al 70% de la cosecha, en una superficie de 55.000 hectáreas y una producción pérdida de más de 52 millones de kg de aceitunas. Y estas cifras son solo del Norte de la Región, a las que habría que añadir sobre todo los daños en las variedades de mesa de Tierra de Barros», advierten.

«EN ESTE CASO DUPLICAMOS LAS PÉRDIDAS A PARTIR DE LAS CUALES LA COMISIÓN EUROPEA HABILITA PRESUPUESTOS DE AYUDAS A LOS DAMNIFICADOS»

De hecho, solo en la aceituna manzanilla cacereña va a haber esta campaña pérdidas superiores a los 27 millones de euros», según sus datos.

El Reglamento (UE) 2024/3242 que establece ayudas excepcionales  a los Estados miembros para los afectados por los desastres naturales especifica que las ayudas se aprobarán cuando las pérdidas superen el 30% de la producción, «en este caso duplicamos las pérdidas a partir de las cuales la Comisión Europea habilita presupuestos de ayudas a los damnificados», reclama Unión Extremadura.

Por eso, va a solicitar a la Junta de Extremadura y a los parlamentarios que componen la Asamblea de Extremadura la aprobación de un Decreto-ley que establezca ayudas directas a los damnificados por la escasez de lluvias, con el fin de que puedan seguir manteniendo las explotaciones y las mismas no se abandonen.

«El cultivo del olivar es fundamental para el mantenimiento del medio rural en grandes extensiones de Extremadura, que está evitando la despoblación y el mantenimiento de la mano de obra en innumerables pueblos de la región, así como un elemento fundamental del control de los grandes incendios que se producen en nuestra tierra».

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