EFE.- Desde la provincia de Castellón hasta Almería y sobre todo en Valencia y en el norte de Alicante se sufre una situación «extremadamente seca» motivada por una ausencia casi total de precipitaciones y una humedad del suelo inferior al 10 por ciento, ha explicado en una entrevista con EFE, Ricardo García Herrera, catedrático de Física de la Atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid.

«Es un problema serio y más que una sequía grave es una sequía, de momento, muy intensa».

Es mejor ir «paso a paso» y ver el comportamiento del verano que ya está en puertas, pero si durante la época estival se cumple el triángulo de 30 grados de temperatura más una humedad relativa inferior al 30 por ciento y vientos del orden de 30 kilómetros por hora, la sequía sí puede ser un condicionante climatológico sobre los incendios forestales.

A esto habría que sumar que las predicciones estacionales de cara a los próximos tres meses no parece que indiquen que la situación inicie una recuperación a corto plazo, ha añadido García Herrera.

Según datos facilitados por la Agencia de Meteorología (Aemet), las lluvias han estado muy por debajo del valor medio en el este y sureste peninsular durante estos meses y el déficit es más acusado en Valencia y Murcia, ya que no alcanzan el 50 % de la media de las series registradas en el periodo 1971-2000, y en algunas zonas incluso al 25 %.

Para explicar esta ausencia de precipitaciones, García Herrera ha señalado que en Alicante en un año normal tendría que llover alrededor de 191 litros por metro cuadrado y de momento sólo se han recogido unos 45 litros, igual pasa en Valencia donde los últimos meses se han recogido 83 litros por metro cuadrado.

A su juicio, debería llover durante muchos días seguidos para que la situación revirtiera aunque es difícil a corto plazo ya que en España el periodo de lluvias, de septiembre a mayo, está prácticamente finalizado.

García Herrera, presidente de la Aemet entre 2010-2012, ha hecho hincapié en la incertidumbre y la cautela con las que hay que tratar cualquier predicción a largo plazo.

Asimismo ha señalado que se trata de una sequía más meteorológica que hidrográfica (la que afecta a los embalses), ya que los últimos datos de la reserva hidráulica no son especialmente malos.

Según información facilitada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), el total de agua embalsada en España es de 45.748 hectómetros cúbicos, el 82,7 % de su capacidad, por encima de la media de los últimos diez años.

Sin embargo, sí que es cierto que las cuencas peor paradas siguen siendo las del Segura (76,1 %), la Mediterránea Andaluza (70,9 %) y sobre todo la del Júcar (53,85), aparte de la del Tajo (73,9 %) que provee agua a través de las instalaciones de trasvase al Segura.

«La sequía hidrológica se presenta con un desfase frente a la meteorológica, si ha llovido durante años anteriores y se han acumulado reservas de agua, se puede aguantar algún tiempo, aunque si se prolonga mucho, terminará afectando de lleno a los pantanos».

En cuanto a los daños que la sequía provoca en el campo, las organizaciones agrarias han pedido esta semana al Gobierno medidas de apoyo fiscal y financiero, y riegos «de socorro» para los cultivos afectados que obligará a arrancar y replantar miles de hectáreas de almendros en Murcia y Levante, y que amenaza con extenderse por el país.

Sólo en la provincia de Murcia hay 25.000 hectáreas afectadas de arbolado -almendro principalmente-, que en gran parte habrá que arrancar, aunque los efectos de la escasez de agua y las altas temperaturas afectan a casi todo el arco mediterráneo y parte de Castilla-La Mancha, y avanza por Aragón y Madrid.

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