Lorenzo Rivera / Coordinador de COAG Castilla y León

Fue a principios de 2020 cuando se comenzó a hablar del dichoso coronavirus, COVID-19, causante de la pandemia que tantas muertes ocasionó y que, de una forma o de otra, a todos nos cambió la vida o la manera de verla.

Pensábamos que era imposible que un virus tuviese tanta fuerza para arrebatar tantas vidas y sin poder hacer nada, solamente confinamiento, protección con mascarillas e higiene de manos.

Nos generó tal indefensión que no podíamos creer que con los avances científicos y técnicos del siglo XXI no fuéramos capaces de hacerle frente. Finalmente llegó la vacunación y poco a poco la inmunidad fue tranquilizando al mundo. Pero atrás quedaron muchos familiares, amigos y miles de personas afectadas. Se cifra en más de 1,6 millones las personas fallecidas y en 7,5 millones, las personas contagiadas en todo el mundo.  Además de las pérdidas en la economía de las empresas y de las crisis en todos los países. La UE tuvo que dar apoyo a sus miembros con los fondos Next Generation:  750.000 M€, de los que 140.000 fueron para España entre 2021 y 2026.

Parece imposible que algo tan pequeño como un virus cause un daño tan grande.

Pero como no hay dos sin tres, y aunque ya estaba presente en la UE, la lengua azul con diferentes serotipos se va extendiendo por la cabaña de ovino de nuestro país. De nuevo, otro virus que ocasiona graves pérdidas en las explotaciones afectadas.  Afortunadamente existen vacunas y hay soluciones, pero atrás quedan miles de ovejas muertas en todo el país.

En 2023, otra enfermedad provocada por otro virus, la EHE, Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, causó gravísimas consecuencias económicas por el fallecimiento, sólo en Castilla y León, de más de 6.100 vacas, aparte de las afectadas que abortaron y perdieron producción de leche. Fue precisamente en Castilla y León donde más muertes y daños ocasionó la EHE: más de 3000 explotaciones afectadas.

De nuevo se fabricó una vacuna que se puso a disposición de los ganaderos. La inmunidad de la cabaña ha sido efectiva y no se han registrado más casos en Castilla y León salvo en alguna zona sin inmunidad. Casi 20 M€ abonó La Junta de Castilla y León por animales muertos por EHE.

No queda así la cosa. Este año, en septiembre se notifican los primeros casos de gripe aviar en Castilla y León. Somos territorio de paso de aves migratorias y estamos expuestos a este riesgo. Hasta ahora se han sacrificado más de 2,5 millones de aves en España y sólo en ayudas al sector, también la Junta de Castilla y León aportó 7 M€. No ha habido más focos recientes, aunque continúan los confinamientos de gallinas en sitios cerrados.

El pasado 3 de octubre se declara el primer foco de Dermatosis Nodular Contagiosa, otra nueva enfermedad producida por otro virus que al igual que la anterior, EHE, no se conocía por nuestro país. Se sitúa en Gerona cerca del Pirineo y se han detectado ya 17 focos. Se han sacrificado unas 2500 vacas. Es obligatorio que con un positivo se haga un vaciado sanitario, y por tanto, el sacrificio de toda la explotación, como ocurre con la gripe aviar y con la PPA.

Las medidas tomadas han sido efectivas. No se han extendido nuevos focos y también, otra vez, la vacuna a todas las explotaciones de Cataluña salvo de Tarragona y de la parte limítrofe de Aragón, parece que ha contenido nuevos contagios. Siguen los controles y restricciones en las comunidades autónomas y la prohibición de ferias y mercados de bovino hasta el 2 de enero

Y para remate, el 26 de noviembre se descubren jabalíes muertos en la provincia de Barcelona que dan positivo en PPA. Siguen apareciendo más jabalíes muertos, muchos van dando positivo en PPA. Están localizados en un solo foco, un radio de 5 km en la Collserola, donde habitan aproximadamente 900 jabalíes. Esperemos que no salgan nuevos focos y que no se trasladen animales de esa a otras zonas. Eso sí que complicaría más la situación.

Por la PPA hemos perdido varios mercados de terceros países que son importantes para el sector porcino, como Japón, al que exportamos 751 M€, o Corea del Sur, al que vendemos 304 M€.

China acepta la zonificación tras el acuerdo firmado recientemente y Reino Unido y por supuesto, también la Unión Europea. Esperemos que poco a poco se vayan sumando los demás países a los que exportamos carne de porcino. Sin un mercado exterior, este sector que produce casi 5 millones de toneladas de carne al año y que exporta el 50% aproximadamente, se enfrentaría a una crisis sin precedentes, después de más de 30 años libres de PPA. Son casi 9000 M€ lo que exportamos, con Castilla y León como tercera comunidad productora, con 600.000 toneladas, el 14% del total y una exportación de 170.628 toneladas en 2019 con un valor de 432 M€. Tendríamos un grave problema.

Cabe pensar que puede ser fruto de la casualidad, pero no puede ser que tanto virus y tan seguido esté afectando a las personas y a todas las especies ganaderas.

Debemos reflexionar sobre la importancia de la sanidad para el futuro de nuestra cabaña ganadera y también de la economía que genera, ya que está directamente ligada al medio rural. Los certificados de exportación son los pasaportes necesarios para poder vender fuera de la Unión Europea. Sin sanidad no habrá certificados y esto hay que tomárselo muy en serio y dejarse de demagogias y populismos.

Hay varios factores que están ayudando a los virus para su contagio a la ganadería.  Las altas temperaturas que el cambio climático provoca y que estos virus se trasladen a estas latitudes.

Y también la fauna silvestre que se está multiplicando exponencialmente. Ciervos, corzos, conejos o jabalíes contagian y propagan enfermedades y son responsables del 70% de los accidentes de tráfico en Castilla y León.

En 2024 hubo en Castilla y León 12.291 accidentes provocados por la fauna silvestre: uno cada 45 minutos. Si no se hace un control poblacional Castilla y León será pronto una selva

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