Ha añadido que algunos árboles afectados presentan heridas sobre la corteza, que pueden ser aprovechadas por hongos oportunistas para producir enfermedades, como ya sucedió en esa misma zona hace cuatro años cuando, a consecuencia de otra granizada caída en verano, se produjo un fuerte e inusual ataque del hongo Cenangium ferruginosum sobre determinadas especies de pinos.

      La Consejería ha precisado que las tormentas de verano con precipitación y escaso aparato eléctrico ayudan a aumentar la humedad y disminuir el riesgo de incendios, cuyos efectos sobre el suelo, la vegetación y la fauna son mucho peores y más persistentes que los producidos por una granizada, ya que la práctica totalidad de las encinas volverán a rebrotar sin problemas en semanas.

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