Íñigo Nagore, en el marco de una jornada informativa de la sectorial de remolacha de ARAG-ASAJA, ha explicado que se incorpora una nueva medida de agroambiente y clima para favorecer la aplicación de técnicas de producción sostenible que contribuyan a reducir el impacto el cambio climático. Esta nueva medida, actualmente en borrador y pendiente de su aprobación por la Comisión Europea, se regulará a través de una Orden autonómica.
Medidas concretas para poder acceder a todas las ayudas
Para percibir todas las ayudas, como compromisos obligatorios y de admisibilidad, en primer lugar, los agricultores deben disponer de al menos una hectárea de remolacha azucarera. Además, tienen que ser titulares de explotaciones inscritas en el Registro de Explotaciones Agrarias (REA) de La Rioja, así como en el Registro de Producción Integrada (PI) de La Rioja.
El agricultor remolachero que se acoja a la ayuda deberá realizar análisis de suelo por parcela cada tres años, con el fin de establecer un programa de fertilización y enmiendas adecuado a las necesidades del cultivo.
Del mismo modo, tendrá que respetar un plazo mínimo de dos años sin sembrar remolacha azucarera en la misma parcela y gestionar la explotación en función de un asesoramiento técnico recibido “más allá de lo que está obligado por el Real Decreto 1311/2012 de 14 de septiembre”, por el que se establece el marco de actuación para conseguir el uso sostenible de productos fitosanitarios, así como el tiempo dedicado a su formación, a la mejora de la eficacia del riego y a la calibración de la maquinaria y equipos de tratamiento del cultivo.
También se deberán incorporar al suelo las hojas y restos de la cosecha de remolacha azucarera, así como del cultivo anterior, como acción de captura de dióxido de carbono atmosférico y como efecto nematicida.
El primero de los compromisos voluntarios, que supondrá el pago de otros 110 euros por hectárea, supondrá realizar la carga de la raíz con maquinaria adecuada para eliminar la mayor parte de la tierra, evitando su transporte y la erosión del suelo. El segundo consistirá en sembrar leguminosas antes de la siembra de remolacha azucarera, y esta práctica se retribuirá con el incremento del importe unitario en 170 euros por hectárea.
Desaparición sistema cuotas
Por otro lado, Íñigo Nagore ha señalado que la reciente firma del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) del sector remolachero azucarero 2015-20, suscrito también por ASAJA, ofrece un marco de estabilidad para el sector ante la inquietud que generaba la desaparición del sistema de cuotas de producción de azúcar a partir del 2017.
En este sentido, ha felicitado a Azucarera y a las organizaciones agrarias porque “el acuerdo llega en el momento oportuno, apostando por un modelo de contratación que da garantías de producción y a un precio estable”.