Ya nos dijeron que esta legislatura iba a ser muy diferente y que los pactos iban a marcar el devenir político, pero nadie explicó que tanto diálogo iba a enfrentar al propio PP con el Gobierno de Rajoy tras aliarse con Podemos y el PSOE. Y todo por culpa de la remolacha o, más bien, de la subida de tasas a las bebidas carbonatadas.

Y aunque el PP de Castilla y León siempre ha ido por libre a la hora de entender las relaciones con el Gobierno central (y sólo cabe recordar los enfrentamientos de su presidente y de su consejera de Agricultura con medio Ejecutivo en los tiempos de las mayorías absolutas) no cabe duda de que el nuevo pulso por los impuestos al azúcar son más sorprendentes si cabe.

La resolución aprobada este miércoles 14 en las Cortes regionales contra esta subida de tasas, a instancias del propio PP, no sólo fue una crítica muy dura al Gobierno popular de Rajoy y Montoro, sino que logró unir a los populares de Castilla y León con Podemos y PSOE… en contra de Ciudadanos, que se quedó solo sacando la cara a Rajoy.

De locos. Ya que lo que no se ha visto hasta ahora en el Parlamento nacional (que Ciudadanos dé la cara por el PP de Rajoy) se ve en las Cortes de Castilla y León y lo que nadie pudiera imaginar (al PP criticando a ‘su’ Gobierno), también.

Y, por cierto, en medio está Andalucía, la segunda gran comunidad productora de remolacha donde… no se dice nada, ni por parte del PSOE, ni de Podemos, ni del PP. Mucho me temo que habrá que estar atentos al Congreso del PP del próximo año para ver cómo acaba esto. El sinsentido, digo, porque la subida de impuestos va a llegar sí o sí, digan lo que digan en el PP de Castilla y León.

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