EFE.- España se ha situado con esas cifras como el país europeo que más superficie aporta a esta red, pero las encuestas realizadas por algunas organizaciones ecologistas revelan que existe un elevado desconocimiento (que ronda el 85 por ciento) sobre la red y su significado.

Para invertir ese porcentaje, y que los ciudadanos conozcan las bondades y las restricciones de esos espacios, pero también las posibilidades económicas y la compatibilidad que tienen con los usos tradicionales del suelo, la UE financia sendos proyectos "Life+" en España, que serán coordinados por la Sociedad Española de Ornitología y por la Junta de Extremadura.

En esos proyectos, dotados con unos cuatro millones de euros y que se ejecutarán durante los próximos cuatro años, participan además el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad, empresas como Red Eléctrica Española y los gobiernos regionales de Andalucía, Castilla y León, País Vasco, Cantabria, Navarra, Baleares, Castilla-La Mancha y Madrid.

La Red Natura 2000 nació en 1992 como una iniciativa de la UE para frenar la pérdida de biodiversidad, y su existencia de sustenta sobre un complejo armazón legislativo de directivas y leyes europeas, nacionales y de las comunidades autónomas.

RN2000, la iniciativa de conservación más ambiciosa del mundo
Para el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, la Red Natura es "la gran apuesta medioambiental" de la UE, el espacio protegido más extenso del mundo y la iniciativa de conservación más ambiciosa que existe, pero admite también que es una figura de protección menos conocida y popular que otras (como los parques nacionales o naturales).

En declaraciones a EFEverde, Ramos ha recordado que esta red surgió como un complemento a las figuras de protección que ya existían y que tenían la consideración de "santuarios" de la naturaleza, pero que la diferencia principal con éstos es que en la Red Natura 2000 la actividad humana es plenamente compatible con la protección del entorno y con la conservación de la naturaleza.

El secretario de Estado de Medio Ambiente considera que la complejidad jurídica que ampara la Red ha dificultado su gestión práctica y ha propiciado que los ciudadanos no perciban con nitidez su utilidad, y ha subrayado que el reto principal al que se enfrenta es demostrar que la conservación del medio no sólo es compatible con la presencia humana y el desarrollo económico, sino que además esa compatibilidad puede ser "exitosa".

ZEPAS, LIC, ZEC, un entramado de siglas
La Red está formada por centenares de ZEPAS (Zonas de Especial Protección para las Aves) y de LIC (Lugares de Interés Comunitario), aunque estos lugares tienen que pasar un proceso desde que son propuestos -en España por las comunidades autónomas y el Estado- hasta que se convierten en "Zonas de Especial Conservación" (ZEC) y se incorporan de forma oficial a la Red Natura 2000.

Las propias normas sobre las que se sustenta la red reconocen que el suelo europeo está tan "humanizado" y determinado por la presencia del hombre que muchas especies se han adaptado a esa presencia (en prados, arrozales o dehesas) y que sería perjudicial para ellas el abandono de las actividades tradicionales.

Desarrollo económico y conservación en la red
Sobre uno de estos espacios trabaja el biólogo Ignasi Ripoll, responsable de la reserva ecológica de Riet Vell, un espacio gestionado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) de casi 50 hectáreas en el corazón del Delta del Ebro donde conviven el cultivo ecológico del arroz y la recuperación y conservación de hábitats naturales de zonas húmedas.

Ripoll, en declaraciones a EFEverde, ha observado que el propio Delta es un gran humedal gracias a que desde el siglo XVIII es "un inmenso cultivo de arroz". Ese arrozal -apunta- es una importante producción agrícola; es un hábitat importante para una gran diversidad de fauna; es un paisaje que atrae cada año a miles de turistas; y es una reserva de caza.

"Esa multifuncionalidad es la que hace que los espacios de la Red Natura 2000 estén muy bien valorados", ha asegurado Ignasi Ripoll.

En la mayoría de los casos, esas actividades son, más que compatibles, recomendables, ya que muchas especies se han acostumbrado tanto a la presencia humana que su desaparición o la transformación del suelo pueden afectar negativamente a su conservación, por no encontrar por ejemplo los restos de ganado que necesitan para su alimentación o los lugares más idóneos para la nidificación o el refugio.

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