Honorato Meneses / Presidente de Asaja Palencia
El año pasado estrenábamos un nuevo periodo que aseguraba la PAC hasta 2020. Pero casi sin estrenarlo, ya asistimos al debate sobre la Política Agraria Común más allá de esa fecha.
Para el sector el futuro de la PAC es inquietante, ya que todo apunta a lo que puede ser otra gran reforma. Hay que tener en cuenta que en 2019 se van a renovar las instituciones comunitarias, por lo que la futura PAC se negociará en medio de unas elecciones al Parlamento Europeo, y con un comisario de Agricultura que, con toda probabilidad, ya no esté en 2020.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, como consecuencia del Brexit, pone más interrogantes de cara a ese nuevo periodo, ya que hablamos de un país que hasta ahora era contribuyente neto de la PAC y, por lo tanto, este cambio afectará a la financiación de la Política Agraria Común, además de al resto de políticas europeas.
Y todo ello sin olvidar las consecuencias electorales en países como Alemania y Francia, que celebran comicios durante ese periodo de negociación del nuevo reglamento, de los que podrían salir gobiernos dirigidos por partidos populistas que quieren seguir los pasos del Reino Unido.
La PAC es necesaria para garantizar la alimentación a los europeos, así como su calidad y seguridad, facilitar a los consumidores el acceso a los mismos a precios asequibles y conseguir rentabilidad económica para los productores.
La Unión Europea debe tratar de que la alimentación de sus ciudadanos no dependa de terceros países, que siempre mirarán por sus propios intereses. Por otro lado la calidad de los alimentos de la UE es máxima, ya que tenemos las mayores restricciones, controles y exigencias de protección medioambiental del mundo. Algo que no se puede decir de otros países. Cada poco tiempo asistimos a crisis alimentarias que nos llegan de fuera. La última, relacionada con la carne de Brasil, cuya importación han suspendido una larga lista de países, entre ellos la Unión Europea, tras un escándalo de corrupción que implicaba a inspectores sanitarios que supuestamente recibían sobornos para autorizar la producción de alimentos no aptos para el consumo.
Nos jugamos nuestro futuro y el de nuestros pueblos en la negociación de este nuevo marco financiero de la UE. Ahora que arrancan las negociaciones ante este nuevo periodo, tenemos que ser claros a la hora de decir lo que queremos para la nueva PAC, y precisamente somos los productores quienes estamos más legitimados para opinar. Otros colectivos se hacen oír más que nosotros, los agricultores y ganaderos, que somos los propios actores, y esto no debe ocurrir.
Es importante que se nos oiga porque lo que queremos es una Política Agraria Común dotada con fondos suficientes para mantener los objetivos que se marcó cuando nació. Y es el momento de hacerlo, ya que la Comisión está recabando opiniones sobre la PAC más allá de 2020 mediante una encuesta que puede completar cualquier persona, aunque no pertenezca al ámbito agrario.
Cuantos más agricultores y ganaderos suscribamos esta encuesta mucho mejor para el sector. De nada servirá quejarnos en 2020 de los nuevos reglamentos si antes no hemos participado en su redacción.
En Asaja facilitamos a agricultores y ganaderos la cumplimentación del cuestionario que permanecerá abierto hasta primeros del mes de mayo. En este momento podemos hacer algo tan simple como rellenar una encuesta para defender lo nuestro.
Tenemos que trabajar juntos por una PAC fuerte que garantice nuestras rentas, el futuro de la agricultura, la ganadería y las zonas rurales, así como la producción de alimentos económicos y de calidad para el consumidor europeo. Dejemos de hablar sobre la PAC en el bar y hagámoslo donde nuestra opinión sea realmente tenida en cuenta.