Las ovejas han sido recibidas en el Cañuelo de Soria, cerca de la estación ferroviaria, tal y como se hacía antiguamente, para ser conducidas acto seguido hasta Los Campos, en Tierras Altas, por la Cañada Real Soriana Oriental -la de mayor recorrido de toda España con una distancia de 800 kilómetros-, cruzando la capital soriana ante la atenta mirada de muchos escolares que han salido a su encuentro.

    La IV Fiesta de la Trashumancia, organizada por La Mancomunidad de Tierras Altas y los ayuntamientos de Las Aldehuelas y Oncala, tendrá su día grande el próximo sábado cuando el rebajo de ovejas llegue a primera hora de la mañana al pueblo de Los Campos, donde se contará y separará el ganado, se degustarán migas pastoriles y una caldereta de cordero, se hilará la lana y homenajeará a los mayores trashumantes, antes de inaugurar una estatua dedicada al pastor, obra del escultor Andrés Lasanta.

Una profesión con poco futuro y muchas trabas


    El pastor que conduce la reata llegada a Soria, Eduardo del Rincón, ha pronosticado que los trashumantes se acabarán en poco tiempo en España, porque todo lo que le rodea está encarecido, en especial los portes -cada camión cuesta 1.400 euros- y los pastos, así como por la propia dureza del oficio, donde "estamos los 365 días del año, sin convenio ni nada".

    Del Rincón ha asegurado que quiere que sus dos hijos adolescentes sigan estudiando, lo que él no pudo hacer, porque es el cuarto de una familia formada por once hermanos y que inició su oficio trashumante con apenas diecisiete años, desde Tierras Altas (Soria) al Valle de Alcudia (Ciudad Real).

    "Los españoles nos hemos hecho muy cómodos, hemos vivido muy bien y lo del campo no lo quiere nadie", ha resaltado.

    Del Rincón ha asegurado que es muy complicado que se incorporen jóvenes a esta actividad porque las administraciones exigen muchos requisitos y "papeles" y a los políticos, a su juicio, les interesa poco apoyar.

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