Sin embargo añaden que “a la vez pedimos al MAGRAMA un mayor esfuerzo para impulsar un escenario adecuado que asegure y proteja la actividad de las empresas productoras de semillas, en el que se tengan en cuenta criterios científicos en la toma de decisiones, y se analicen profundamente el impacto de las decisiones que se tomen desde la Administración”, comenta Antonio Villarroel, Secretario General de ANOVE.
Tras la prohibición en abril de este mismo año de tres insecticidas neonicotinoides, ahora se une un veto más a la única alternativa que existía en nuestro país para el tratamiento de semillas para cultivos, como son maíz y girasol. Según Antonio Villarroel, “sin alternativas factibles, nos encontramos ante un escenario realmente preocupante, puesto que a partir de la próxima campaña los productores de semillas no contaremos con ningún insecticida para luchar contra plagas en estos cultivos, lo que repercutirá negativamente en la producción del agricultor, que se verá gravemente reducida, tanto en calidad como en cantidad”.
Girasol, ejemplo de actividad en plena expansión
En lo que se refiere a la superficie dedicada a la producción de semilla de girasol, ésta se ha visto duplicada durante los últimos 4 años, pasando de 5.600 hectáreas en 2010 a cerca de 11.000 en 2013.
Durante la última campaña se ha comprobado un aumento del 24% en la producción de semilla de girasol en nuestro país, llegando a los 8 millones de kilos de estas semillas. “Se trata de una actividad con alto valor tanto económico como social, puesto que se produce casi un millón de sacos de semillas cada año, de los que el 56% se dedica a exportación”, subraya el Secretario General de ANOVE.
Según datos del MAGRAMA, sólo durante el último año se ha incrementado en un 140% la exportación de semillas certificadas bajo normas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según Antonio Villarroel, “esta imagen favorable tenderá a revertirse durante los próximos años si no contamos con tratamientos específicos para estos cultivos”.
La producción comercial de híbridos de girasol es un trabajo muy técnico que requiere tanto de buenos agricultores, como de áreas de producción con garantías para así conseguir semillas de alta calidad y por lo tanto competitivas. El alto nivel de exportaciones que en la actualidad tiene España es el reflejo de una alta competitividad que se verá mermada si no se revierte esta situación.
Tratamiento esencial
Mantener la salud de las poblaciones de abejas es un tema de primer orden para todas las empresas de semillas que operan en nuestro país, puesto que son un agente fundamental para la polinización de algunos cultivos. Por este motivo, se apuesta por la utilización de guías de buenas prácticas, cuyo uso en los últimos años ha demostrado que estos riesgos potenciales pueden ser mitigados.
El tratamiento de semillas es un paso esencial para las empresas que conforman ANOVE, resultado imprescindible para completar la resistencia genética de las diferentes variedades comerciales y evitar muchos tratamientos fitosanitarios posteriores durante el crecimiento de las plantas.
La aplicación de fitosanitarios a las semillas son la tecnología más avanzada que existe y, tanto la industria como el sector productor, llevan años aplicando buenas prácticas en su manejo, mejorando año tras año. Este tipo de productos se adhieren a las semillas, reduciendo considerablemente la dosis utilizada y liberada al medio ambiente, que suponen solamente el 5% de las dosis de insecticida en otras aplicaciones al cultivo.