EFE.- El informe anual 2014 sobre empresas medianas (entre 50 y 249 empleados) ha sido presentado hoy por la directora del proyecto "La empresa mediana española" y de Hispasat, Elena Pisonero, el economista jefe de BBVA Research, Rafael Domenech, que ha colaborado, y la directora técnica del proyecto, Yolanda Fernández.
Según ha explicado ésta última, "2012 ha sido un año de supervivencia, casi darwiniana, y las empresas medianas que han sobrevivido son las que se han adaptado al medio" y las que tienen un tamaño mayor, tras un año, 2012, de intensa destrucción empresarial (170.000) que ha tenido un punto de inflexión en 2013.
La fotografía de las que han sobrevivido a 2012 muestra una empresa en torno a 100 empleados, con un activo medio de 40 millones de euros y cifra de negocios de 25 millones.
Superando esta tendencia, según sus datos, en los cuatro primeros meses del año 2014 se han creado un total de 15.000 empresas, de las que 500 son medianas.
Del contenido del informe se concluye que el tejido empresarial español es muy vulnerable debido a su reducido tamaño, y si la distribución del empleo en las empresas por tamaño fuera en España similar a Reino Unido (cuatro de cada mil son grandes) se hubieran salvado durante la crisis más de 500.000 puestos de trabajo.
En España, según datos de 2014, un 93,8 % de las empresas son micro (0 a 9 empleados), 5,4 % pequeñas (10 a 49); medianas 0,7 % (de 50 a 249) y grandes 0,1 (más de 250 trabajadores).
Para el Círculo, este predominio en España de empresas de menos de 10 empleados merma la productividad, y de hecho en el periodo 2008-2014 el tamaño medio de la empresa española se ha reducido ligeramente, lo que ha sido causa principal de la intensa destrucción de empleo, según Domenech.
Es por ello que han reclamado incentivos para el crecimiento de las compañías.
Según Pisonero, se echa de menos un plan específico que aúne todos los esfuerzos para el fomento de este crecimiento, junto a una simplificación de la normativa en la actualidad "farragosa".
Para Domenech, deben eliminarse todas las discontinuidades o umbrales que puedan establecer "distinciones artificiales" por el tamaño de las empresas, de manera que las transiciones entre categoría (pymes a grandes, etcétera) sean mucho más fáciles.
"Si algo es bueno para empresas de menos de cincuenta trabajadores, lo será también para las de mas de cien, no hay razón para que no se les aplique", ha mantenido.
En cuanto a los efectos de la reforma fiscal en esta tarea, Pisonero ha alabado que se produzca una simplificación que suavice el efecto salto entre categorías.