EFE.- La distribución y la concienciación sobre el consumo de estos productos ecológicos y artesanos son los principales problemas con los que se encuentran a la hora de que sus negocios sean sostenibles, por lo que han decidido unirse en esa cooperativa y realizar una campaña de promoción que ha arrancado en Cáceres.

Uno de los integrantes de la cooperativa y responsable de comunicación, Antonio García, ha señalado a Efe que por ahora se han adherido unos doce proyectos, en su mayoría de la provincia de Cáceres, pero que están abiertos a toda Extremadura y a otras comunidades cercanas.

Panaderías, productos hortofrutícola, transformación de alimentos e incluso proyectos de informática, comunicación y relacionados con el metal forman parte de este proyecto que intenta concienciar sobre “las ventajas” de consumir productos sin aditivos, ha indicado García.

La mejor forma de conseguirlo, ha señalado, es acercar al productor al consumidor, de ahí los talleres y las charlas que se van a impartir durante todo el día en el HortoLab de la Ribera del Marco de Cáceres.

Pero esta cercanía quieren que sea durante todo el año, por eso, ha añadido García, van a colocar en las explotaciones y en los lugares de trabajo de los productores unas cámaras web para retransmitir vía “streaming” durante 24 horas.

“Desde tu casa podrás ver cómo se cultivan los tomates que luego van a llegar a tu cocina”, ha comentado.

Para la cooperativa, lo principal es que los negocios sean rentables, por lo que apuestan por canales cortos de comercialización para abaratar costes.

Un mito que sean más caros

A su juicio, “Es un mito que los productos ecológicos sean mucho más caros” y la primera campaña “Cáceres para comérselo” que emprende la cooperativa hará hincapié sobre esto.

Con 300 consumidores de estos productos en la capital y su zona de influencia, ha añadido, los proyectos que agrupan serían sostenibles. El perfil de estos emprendedores es siempre de jóvenes desempleados que buscan una alternativa a su futuro sin abandonar las zonas rurales.

Este es el ejemplo de Sara Arjona que junto a su pareja ha puesto en pie la “Tahona Artesana la Nómada” en Malpartida de Cáceres.

Arjona ha explicado a Efe que empezaron a hacer pan artesanal hace un año y que poco a poco comenzaron a tener demanda.

“La gente sí valora que un pan esté hecho en horno de leña, con masa madre y harina ecológica”, ha asegurado.

Por otra parte, la “Asociación Huerta Arroyana” está formada por seis jóvenes cultivadores del municipio de Arroyo de la Luz (Cáceres), quienes vieron en la huerta una alternativa a la construcción, según ha indicado a Efe uno de sus miembros, Juan Antonio Lucas.

Utilizan técnicas de producción de hace 400 años y además de ser una oportunidad de empleo para ellos, ha señalado, ayudan a conservar el patrimonio agrícola de la zona.

Juan Miguel Pavo tiene su huerto en Villar del Rey (Badajoz) y él convirtió una afición en su trabajo diario.

Está convencido, según ha indicado a Efe, de que las personas “cada vez quieren comer más sano y saber de dónde vienen sus productos”.

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