EFE.- Ese pescado fue durante décadas la especie piscícola más criada en España y alcanzó su volumen máximo de producción en 2001, con 34.534 toneladas, según el cuaderno «El cultivo de la trucha arco iris», escrito por la presidenta de la Asociación de Productores de Acuicultura Continental (Esacua), Luz Arregui.
La autora analiza los procesos de cultivo y venta de la trucha y atribuye su merma de rentabilidad a factores como la «competencia desleal con países terceros», el aumentó de cánones exigidos en algunas autonomías o cambios en los hábitos de consumo.
Ante esta situación, «la innovación en el ámbito de la comercialización es el gran desafío del productor para recuperar el mercado de la trucha de crianza», según declaraciones de Arregui, recogidas en un comunicado de la Fundación OESA.
España es el décimo productor mundial de trucha, un pescado que se cría en 73 países, según la misma fuente.
Chile, Irán Turquía y Noruega acaparan más de la mitad del cultivo mundial; les siguen en importancia Italia, Francia, Dinamarca, Perú y China.
La publicación también aporta datos sobre los comienzos de la cría de la trucha en España, en el siglo XIX.
La primera piscifactoría española se puso en marcha en 1866 en los jardines del palacio de La Granja, en Segovia, y al año siguiente se construyó el primer centro privado en el Monasterio de Piedra en Zaragoza, «cuna de la piscicultura española», que 20 años después fue arrendado al Estado y cuyo funcionamiento continúa actualmente.
En la Unión Europea (UE), la trucha arco iris es la especie más cultivada, seguida por el salmón atlántico, la dorada y la carpa.
Ante el contexto actual de estancamiento de la acuicultura en la UE, Arregui plantea la necesidad de «potenciar el desarrollo sostenible» para incrementar la competitividad frente a las importaciones de terceros países, «que suponen más del 65 % del suministro de pescado y marisco».
En la actualidad, en España existen 183 establecimientos de acuicultura continental, 140 en tierra firme y 43 en enclaves naturales.