Las previsiones apuntan a que esta tendencia se mantendrá en sucesivas campañas, ya que hay muchos jóvenes y parados, algunos de ellos agricultores que dejaron el campo para dedicarse a la construcción, que ven en el azafrán una oportunidad para ganarse la vida y por el que este año se pagará a 3.000 euros el kilo.
Y es que, aunque la inversión inicial es bastante elevada, unos 35.000 euros por hectárea, su amortización está asegurada en dos años, a partir de los cuales se puede llegar incluso a duplicar el dinero invertido.
En 2012, el precio del kilo de bulbo ronda los 6,85 euros, IVA incluido, y para plantar una hectárea se necesitan 5.000 kilos, ha explicado el presidente de la Denominación de Origen, que ha destacado el carácter nómada de este cultivo que cada cuatro años debe cambiar de tierra.
Un cultivo que tarda cuatro años en empezar a dar beneficios
"El primer año (el de postura) apenas hay producción, pero al final de los cuatro años, de los 5.000 kilos de bulbos plantados obtienes 12.500 kilos, con los que puedes poner 2,5 hectáreas en una nueva plantación ", ha subrayado.
Castilla-La Mancha fue a mediados de la década de los 80 la mayor productora mundial y de mejor calidad de azafrán, pero "la dejadez y los fraudes" estuvieron a punto de hacer desaparecer este cultivo que en 1999, con la creación de la Denominación de Origen, se empezó a recuperar.
"Ese año se produjeron 100 kilos de azafrán y sólo había inscritos 40 agricultores", explica García.
El único competidor para el azafrán de Castilla-La Mancha es Irán, país que paradójicamente tiene a España como principal cliente, ha señalado el presidente de la DO, quien ha denunciado que "de los 82.000 kilos que exporta España, según los datos de Aduanas, sólo se producen en el país los 1.500 (del año 2012) de Castilla-La Mancha y unos 10 ó 20 kilos de Aragón".
Denuncian que llegan a importarlo de Irán para envasarlo como español
"España es el comercializador mundial de este producto, debido al prestigio que tiene el de la región, una circunstancia que aprovechan los comercializadores que importan el azafrán de Irán por unos 600 euros el kilo para envasarlo en nuestro país y reexportalo como producto español para venderlo a 2.600 ó 2.700 euros el kilo", comenta García.
Este fraude se va atajando cada vez más, con el endurecimiento de las normas de etiquetado que obliga a especificar el país de procedencia, aunque "aún queda mucho por hacer" para terminar con la competencia desleal que supone esta práctica y para lo que es necesario, además de la implicación de las administraciones, la información y formación del consumidor, concluye García.
(Foto: laesquinadeltuerto.blogspot.com)