La Policía local de Jerez de la Frontera tuvo que abatir en la madrugada de este pasado domingo a un toro que transitaba libremente por la vía pública. Los agentes fueron alertados por agentes de la Guardia Civil y lograron localizar a la res en las inmediaciones de Guadalcacín, donde su propietario autorizó a poner fin a su vida despues de que el animal embistiera a un coche patrulla.
La imagen de la res por una de las avenidas de la ciudad se hizo viral en el día de ayer a través de las redes sociales, después de que fuese captado por el teléfono móvil de un particular que se lo encontró cuando circulaba con su vehículo. De hecho, hubo quien se pensó que se trataba de un fake y que la imagen no se correspondía con la realidad. Precisamente, en redes sociales buena parte de los usuarios han tachado de «cruel» la determinación de los agentes por no recurrir a «dardos tranquilizantes».
En un comunicado, la Policía Local ha detallado cómo trancurrió la actuación y ha explicado que varias unidades del 092 intervinieron en el seguimiento y acorralamiento de un novillo bravo de tres años «que se había escapado de una finca de la carretera de La Cartuja».
A las 5.00 horas la Policía Local recibe una llamada de la Guardia Civil comunicando que momentos antes un toro bravo había provocado un accidente de tráfico en la carretera A-2004 y que se dirigía a la avenida Juan Carlos I.
Desde ese momento la actuación «urgente» de la Policía Local «ha evitado daños mayores al realizar un seguimiento del animal tratando de acorralarlo en varios puntos de la ciudad», como la avenida Juan Carlos I, el entorno de la Ciudad de los Niños, el cementerio municipal y Guadalcacín, donde se pudo finalmente acorralar.
Asimismo, según apuntan, el novillo «embistió a un coche patrulla de la Policía Local causando daños considerables». La acción contó también con la colaboración ciudadana a través de varias llamadas ciudadanas que facilitó un «despliegue policial al que acompañó, en todo momento, el propietario del animal».
Ante la posibilidad de que se volviera a escapar, con el riesgo que suponía la cercanía de la A4, los accesos al aeropuerto o que tomara dirección al centro de la ciudad «el propietario del novillo decidió el sacrificio del animal in situ tras reconocer la imposibilidad de atraparlo e inmovilizarlo».