EFE .- Diez agentes de la Policía Federal se incautaron ayer de varios documentos y ordenadores, aunque no realizaron detenciones relacionadas con la destrucción del trigo transgénico una semana antes en Camberra.
Greenpeace reconoció que varios activistas se colaron en una granja experimental del Gobierno y arrancaron varias muestras del cereal para exponer el peligro de que contaminen a otros cultivos no modificados genéticamente.
"Vamos a cooperar con la Policía y su investigación, pero también vamos a continuar con nuestra campaña para llamar la atención sobre el trigo transgénico en Australia", señaló a la cadena ABC Steve Campbell, jefe de campaña del grupo ecologista.
Greenpeace indicó que ha tratado en varias ocasiones obtener información sobre los cultivos transgénicos, pero que su derecho a la información ha sido vulnerado en aras de los intereses comerciales, según el diario "Sídney Herald Tribune".
Laura Kelly, jefa de la campaña de alimentos del grupo, señaló que los australianos ya no pueden confiar en las agencias gubernamentales por el "conflicto de intereses" que existe entre la comercialización de productos transgénicos y la salud pública.