EFE.- El estudio, que publica la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America» (PNAS), ha concluido que este tipo de pesca, uno de los métodos extractivos de recursos vivos más utilizados en todo el mundo, es muy perjudicial a largo plazo para los fondos marinos.

Según los investigadores, la pesca de arrastre destruye los ecosistemas sedimentarios de los fondos marinos profundos, disminuye el contenido en carbono orgánico y reduce la biodiversidad, con lo que es una de las principales causas de la degradación del fondo del mar.

Esta práctica de pesca se remonta a la segunda mitad del siglo XIV y, en los últimos treinta años, ha crecido de manera exponencial además de ser practicada cada vez a mayor profundidad.

El estudio ha evaluado el impacto de esta actividad sobre la meiofauna (organismos minúsculos, de entre 30 y 500 micrómetros) que vive en los sedimentos marinos en los caladeros de pesca del talud continental, a unos 500 metros de profundidad.

Los resultados revelan que las artes de arrastre, al remover durante años los sedimentos blandos del lecho marino, han propiciado que en las áreas donde se practica la meiofauna sea un 80 % menos abundante y que su biodiversidad pase a ser un 50 % menor que en zonas situadas a profundidades similares donde no se arrastra.

La pesca de arrastre también reduce en un 25 % el número de especies de nematodos, el componente dominante de la meiofauna en estas profundidades.

El estudio concreta que los sedimentos se empobrecen más del 50 de materia orgánica, que es la fuente de alimento de los organismos que viven en estas profundidades, y presentan tasas más reducidas de degradación del carbono (alrededor del 40 %), una de las principales funciones de los ecosistemas de ambientes marinos profundos.

El estudio se ha llevado a cabo en el noreste de la costa catalana, en el cañón submarino de La Fonera, en Palamós (Girona), y es la continuación de un trabajo previo que ya había constatado el impacto de este tipo de pesca en los sedimentos y morfología de este cañón.

Según el investigador del ICM-CSIC Peré Puig, que ha participado en el estudio, «el arrastre de las artes sobre el fondo marino remueve y levanta las partículas del sedimento superficial y pone en suspensión los pequeños organismos que viven en el sedimento y que constituyen la base de la cadena trófica a estas profundidades».

Esta acción, ha añadido también investigador del ICM-CSIC Jacobo Martín, que actualmente trabaja en el Centro Austral de Investigaciones Científicas en Ushuaia (Argentina), «a la larga provoca una pérdida de sedimentos finos, blandos y ricos en materia orgánica, dejando un lecho marino con un sedimento superficial pobre y compactado, que es más difícil que sea colonizado de nuevo».

La investigación ha comparado este tipo de impactos de la pesca de arrastre sobre los sedimentos marinos con la pérdida de suelo fértil en tierra firme.

«Los caladeros de pesca, que se habían equiparado a campos de cultivo por el cambio morfológico que causaban en el fondo marino, pueden acabar volviéndose baldíos si la pérdida constante de sedimento superficial perdura en el tiempo», ha abundado Pere Masqué, investigador del Departamento de Física y del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB.

Los investigadores han alertado de las consecuencias sobre el ecosistema y la biodiversidad marina de los fondos sedimentarios profundos en todo el mundo, donde se creía que los impactos provocados por este tipo de pesca eran mucho menores.

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