Mientras que en España el acuerdo entre la UE y Canada, el llamado aAcuerto CETA, está marcado por la polémica política abierta tras anunciar el PSOE que se va a abstener, el secretario general del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias(Copa-Cogeca), Pekka Pesonen, teme que la Unión Europea (UE) «tire al niño con el agua del baño» (expresión que significa tirar por el retrete la labor de los agricultores) en los acuerdos comerciales, por concesiones excesivas en fronteras que pongan en riesgo la agricultura europea.
Pesonen afirma, en una entrevista con Mercedes Salas de Efeagro, que en los acuerdos comerciales con países terceros, es necesario «vigilar» que la apertura del mercado no «destruya» el modelo agrícola o ganadero comunitario ni inunde la UE con alimentos de «menos calidad».
Insiste en que las negociaciones comerciales se debe analizar «caso por caso»
Además, el Copa-Cogeca «sigue de cerca» el tratado entre la UE y Canadá, conocido como CETA, para comprobar «si se cumplen los beneficios prometidos».
Señala que en las negociaciones comerciales se debe analizar «caso por caso», con ejemplos como México, del lado positivo, porque ofrece «oportunidades», y, en muy distinta situación, las conversaciones con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Respecto a Mercosur, el Copa-Cogeca teme que un eventual acuerdo con la UE sea perjudicial y en casos como el cárnico, propicie que se apliquen estándares diferentes para la ganadería comunitaria y para las importaciones.
En ese sentido, Pesonen apunta que el escándalo en Brasil por la carne adulterada «prueba los riesgos a los que nos enfrentamos (…). Nunca apoyaremos políticas que dañen la confianza del consumidor».
Preguntado por el comercio con EEUU, meses después de la llegada del presidente Donald Trump, Pesonen señala que no puede constatar un «particular deterioro» y que incluso en una reciente visita a ese país notó «signos positivos en importaciones y exportaciones».
«agricultores y ganaderos sufren cada vez más «presiones» y exigencias, pero perciben cada vez menos por sus productos»
No obstante, recuerda que normalmente ha habido «tensiones» por las barreras administrativas de EEUU, que han dificultado mucho, por ejemplo, el envío de frutas y en el caso de los cítricos «dejaron poco margen» a los operadores españoles.
Dentro de la UE, Pesonen opina que los agricultores y ganaderos sufren cada vez más «presiones» y exigencias, pero perciben cada vez menos por sus productos. «En España, nuestros socios agricultores se quejan de que no se les remunera por su trabajo y se espera de ellos cada vez más», según Pesonen.
Muestra también preocupación por el cambio climático, tal y como se ha puesto de manifiesto con la sequía y con los incendios.
Aboga por una actividad sostenible y por esfuerzos tecnológicos por el clima, pero para que los agricultores vean su utilidad, luego debe obtener una «rentabilidad» y «un valor añadido» gracias a una mejor remuneración cuando se le pague por sus productos.
Insiste en que los apoyos deben llegar a través de unos precios dignos, pues «no es realista pensar» que la UE o sus Estados miembros vayan a aumentar sus presupuestos para ayudas.
Signos «positivos» en el lácteo o el porcino, que «se está volviendo dependiente del mercado chino y eso es un riesgo»
Sin embargo, insiste en que la futura Política Agrícola Común (PAC), que se aplicará después de 2020, debe tener una dotación «fuerte», por su papel central para garantizar el abastecimiento alimentario y precisamente para proteger al productor de la volatilidad del mercado.
Asegura que la supervivencia del sector agrícola comunitario esta muy amenazada, por el envejecimiento de sus profesionales y la falta de relevo generacional.
Apunta que los mercados siguen en estado crítico, aunque nota signos «positivos» en el sector lácteo o el porcino, si bien esta última ganadería «se está volviendo dependiente del mercado chino y eso es un riesgo».
En cuanto a la negociación de cambios de la PAC, dentro del llamado Reglamento Ómnibus, el Copa-Cogeca «hubiera preferido que Bruselas hubiera ido más lejos en la simplificación y en la reducción de la burocracia (…) lo que prometieron los políticos no se ha reflejado en actuaciones».